El campo mira cada vez con mayor recelo el Plan Ganadero que el Gobierno anunció los últimos días, aunque por el momento no se conocen mayores detalles, más allá de que se sabe que lo que se pretende es incrementar la capacidad productiva y mejorar la oferta interna, con la perspectiva de evitar subas de precios.
El agro entiende que las soluciones no pasarán por allí, y menos si se mantienen parcialmente cerradas las exportaciones de carne.
"Hablar de un programa de impulso para el sector y al mismo tiempo recortar las ventas de carne al exterior, como ocurrió, es como mínimo, llamativo. Si de verdad el Gobierno pretende que se logre mayor producción, primero debería entender que para nosotros las exportaciones son clave", sostuvo a El Cronista uno de los referentes del sector.
El campo, de hecho, no está hoy a la espera de una resolución respecto de cómo y cuándo se pondrá en marcha el Plan Ganadero.
La búsqueda de todos los representantes del campo pasa por lograr que se revea el actual cupo exportador, que de acuerdo con la última resolución del Gobierno estará vigente hasta el 31 de agosto próximo. Para esto, procurarán en los próximos días avanzar sobre algunos encuentros con el Gobierno, de modo de convencer a los funcionarios de que el mercado interno también se puede abastecer sin cortar las exportaciones.
Más allá del recatado interés que hay entre los hombres de campo por el programa oficial, lo cierto es que luego del encuentro que se llevó a cabo el último viernes de junio no hubo más novedades.
Según la iniciativa oficial, el Gobierno buscará que la producción de carne vacuna toque las cinco millones de toneladas, desde los tres actuales.
Para esto, por ejemplo, el Banco Nación lanzaría líneas de créditos especiales para que los productores incrementen el peso promedio de faena, y pasar de los entre 210 y 226 kilos actuales, a los 430 kilos. El mismo camino se tomaría para la implantación de pasturas, verdeos y forrajes conservados, incluyendo semillas, fertilizantes y labores. Con esto se aseguraría la alimentación del ganado.
El financiamiento también alcanzaría a los tratamientos de inseminación, con el fin de ordenar los ciclos productivos, incrementar el progreso genético, mejorar la sanidad de los rodeos y ordenar la parición.
Para el campo en general, estas iniciativas no responden a las necesidades reales que tiene actualmente el sector.
Y por esto continuarán en busca de retomar el ritmo normal de las exportaciones, que tendrán un cupo mensual que no podrá superar el 50% del promedio total de toneladas exportadas de las partidas de carne bovina fresca o refrigerada y carne bovina congelada, durante el periodo julio-diciembre del año pasado.