Tras su misión exploratoria de la coyuntura argentina, el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó un balance del estado de situación que encontraron y pidió un plan económico que contemple medidas para amortiguar los efectos de la recesión y, simultáneamente, aporten a la consolidación fiscal.
Además, avisó que a mediados de noviembre la delegación volverá a Buenos Aires para comenzar formalmente las negociaciones para un nuevo programa de financiamiento.
Luego del regreso de la delegación a Washington D.C., el organismo publicó un balance con los conceptos clave que obtuvieron en su diálogo con funcionarios, dirigentes opositores, representantes sindicales y del sector empresario, que resumieron en la necesidad que tiene Argentina de un plan de políticas que reestablezca la confianza, mitigue los efectos de la recesión y asegure estabilidad macroeconómica.
"Compartimos el compromiso de las autoridades con políticas que aseguren una consolidación fiscal favorable al crecimiento y al mismo tiempo protejan a los más vulnerables, permitan una reducción gradual de la inflación e impulsen la creación de empleo, la inversión y las exportaciones", señaló el FMI en el comunicado.
Se trata de un concepto que el propio presidente, Alberto Fernández, evitó utilizar a lo largo de sus más de 10 meses de mandato, e incluso llegó a afirmar que "no cree en planes económicos", para marcar un contraste con las experiencias más ortodoxos.
La directora del Fondo, Kristalina Georgieva, avisó la semana pasada que el objetivo de la misión que llegaba no era pedir directamente un ajuste del gasto público, un guiño al ministro de Economía, Martín Guzmán, que había hecho declaraciones en esa línea los días previos.
Pero el comunicado puede anticipar que a la hora de negociar el programa el organismo plantee una corrección más exigente, teniendo en cuenta que el déficit este año cerraría en 8% y en 2021, de 4,2%, según el proyecto de ley de Presupuesto, solo por la baja de las erogaciones asociadas al coronavirus, pero continúa siendo una cifra elevada.
El FMI anticipó que la misión volverá a Buenos Aires a mediados de noviembre para comenzar formalmente con las negociaciones por un programa de financiamiento, dado que Argentina le debe u$s 45.000 millones de principal por los acuerdos de 2018. En principio, la idea del Gobierno es postergar los pagos de capital hasta 2024, mientras que los intereses se seguirían abonando a partir de desembolsos de otros organismos. En 2021 vencen u$s 3735 millones.
La delegación estuvo integrada por la directora adjunta del Departamento de Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de la Misión para la Argentina, Luis Cubeddu, y pasó la semana en el país en busca de obtener un mayor entendimiento de las últimas medidas económicas del Gobierno y conocer con más profundidad las prioridades de la agenda oficial.
En la primera jornada, la delegación se entrevistó el martes con Guzmán; el presidente del BCRA, Luis Pesce, y el representante del FMI ante el Cono Sur, Sergio Chodos, para ponerse al día, en 'modo escucha'.
Al día siguiente volvieron a entrevistarse con Pesce en la sede de la autoridad monetaria, en lo que las fuentes calificaron como una reunión de trabajo.
En tanto, el jueves se juntaron con dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y el viernes, con representantes de las cámaras exportadoras de aceite y de granos, donde desde el Fondo manifestaron su intención de que mejore el "clima de negocios" para atraer inversiones.