La economía argentina caerá un 6,5% en 2020, la mayor baja desde 2002, de acuerdo con las proyecciones actualizadas por el Ministerio de Economía, que Martín Guzmán mostró a los acreedores privados el 9 de abril y que fueron difundidas hoy.
Otro dato que surge de la presentación dada a conocer hoy, junto a una serie de documentos que dan el estado de la situación de las discusiones (y hasta incluyen un resumen de una contrapropuesta formulada por uno de los grande fondos, BlackRock), es que el Gobierno estima que en medio de la propagación de la pandemia del coronavirus el déficit fiscal primario (antes del pago de intereses de la deuda) llegará a 3,1% del PBI.
El desplome de 6,5% implica que el país acumulará tres años consecutivos de recesión, tras los dos últimos en los que el PBI cayó un 2,5% en 2018 y un 2,2% en 2019.
Las proyecciones oficiales de evolución del PBI, tras el impacto del coronavirus, van en línea con la que hizo la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), que actualizó a fines de abril sus pronósticos para la región.
Para el organismo dirigido por Alicia Bárcena, la actividad se contraerá un 6,5% en 2020.
Este 6,5% de la CEPAL es aún peor que el 5,7% del Fondo Monetario Internacional, que también en pocas semanas pasaron de arriesgar un pronóstico de caída del PBI argentino de 2,3% a ubicarnos entre los tres peores países de la región (en la evolución de la actividad para este año, tras Venezuela y Ecuador).
Cuentas en rojo
El déficit fiscal, de acuerdo con las proyecciones oficiales, irá virando hacia un equilibrio a lo largo de los años: en 2023 las cuentas estarán equilibradas, antes del pago de intereses. Así ya lo había prometido el propio Guzmán cuando habló ante el Congreso el 12 de abril.
Para llegar a ese equilibrio fiscal primario, antes habrá déficit en 2020 de 3,% del PBI; de 1% en 2021; y de 0,5% en 2022.