“La situación de las pymes es de extrema gravedad, no solo por la situación en sí, sino por las expectativas negativas que prevalecen en el sector. La política de aislamiento estricto y la situación de la pandemia afectaron seriamente a todo el sector empresarial, pero con más fuerza a pymes. Según el informe, cerca del 80% vio caer sus ventas desde que comenzó el aislamiento, y los registros entre las empresas más pequeñas son peores que entre las grandes”, sostiene Marcos Cohen Arazi, economista de Ieral de Fundación Mediterránea, a cargo del área Ieral Pyme.
De acuerdo al relevamiento, hasta mayo, el 18% de las empresas permanecía inactiva y el 28% estaba activa plenamente. Asimismo, el 36% estaba activa parcialmente y el restante 18% también lo hacía parcialmente pero solo mediante teletrabajo. Entre las empresas de menos de 100 empleados, el 23% estuvo inactiva hasta mayo, mientras que en las de más de 100 empleados esa proporción fue del 6%.
“En una primera instancia se vieron afectadas, especialmente, las actividades no esenciales, pero luego se ha extendido a la mayor parte de los sectores. Las caídas más significativas se observan en rubros relacionados con turismo, hoteles cayeron en su nivel de actividad a cero y restaurantes solo operan parcialmente para delivery; también caen en forma significativa sectores comerciales de bienes durables, textil, pero también en la construcción y ocurre similar en diversas industrias de bienes no esenciales. Los menos afectados resultan los relacionados con consumos esenciales (alimentos, agrorelacionados, limpieza, medicamentos, salud)”, observa Cohen Arazi.
A corto plazo, y en la previa al Día Internacional de las Pymes, las perspectivas para lo que queda del año no son optimistas. Entre las empresas de menos de 100 empleados, el 76% estima que el año será peor que el año anterior (y solo un 8% espera que la situación sea mejor), sostiene el informe.
Con respecto a las expectativas del ritmo de ventas, entre las compañías de menos de 100 empleados, el 72% considera que tendrán una disminución y el 11%, un aumento. En las de más de 100 trabajadores, 67% espera una disminución en sus ventas y 12%, que aumenten.
En cuanto a la rentabilidad para este año, entre las empresas de menos de 100 empleados, el 85% considera que tendrá una disminución y solamente un 7% espera un aumento.
Por su parte, 74% espera una disminución en la inversión, 34% espera disminuir su nivel de empleo y 56%, que se mantenga igual.