Era una historia modelo del emprendedurismo nacional. En 2014, un grupo de argentinos había creado una serie de valijas inteligentes y financiado su aventura por crowdfunding: así habían logrado sacar el producto a la calle y nacía Bluesmart, con sede en Brooklyn, Nueva York, pero con el corazón celeste y blanco (te contamos la historia completa acá). Tanto éxito lograron que hasta el mismo Usain Bolt usara sus productos y Marcos Galperín les había ofrecido su plataforma, MercadoLibre, para vender sus productos a escala local. Envalentonados, en 2015 habían anunciado inversiones por $100 M para abrir un centro de distribución en el país.
Pero duró poco. A fines del año pasado, la prohibición de llevar baterías de litio en el equipaje despachado dio un duro golpe a su modelo de negocios. En lo que llamaron un "smart luggage ban" (prohibición, de facto, al equipaje inteligente), la compañía anunció hoy un cese de operaciones y la venta de sus activos a la empresa Travelpro. En un comunicado, la empresa que hasta hoy dirigía Tomás Pierucci, comentó que "la prohibición puso a nuestra empresa en una situación de crisis financiera irreversible. Tuvimos que analizar todas las opciones porque no podíamos seguir operando como una empresa independiente".
La prohibición --que afectó los vuelos de empresas norteamericanas, concretamente de operadores gigantes como Delta, American, United, Alaska y Southwest-- afectó seriamente un modelo de negocios que se basaba, principalmente, en la venta monoproducto. Al no poder modificar el diseño para que las baterías puedan desconectarse durante el vuelo, las valijas inteligentes de BlueSmart se vieron afectadas. Cuatro meses después, la compañía anunció que Travelpro adquirió los diseños, las marcas y la propiedad intelectual detrás de los productos. Los servidores de la empresa, comentó Tech Crunch, seguirán arriba pero se espera que las garantías y la atención al cliente se caigan.
No es el único actor al que esta prohibición afectó pero Bluesmart --que tenía una serie de beneficios por encima de la recarga de batería, como tracking de GPS, sensores de peso, y una App ad hoc-- era de los players principales, habiendo vendido unas 65.000 unidades en los años que estuvo operativa. Justo antes de la prohibición, en diciembre del año pasado, habían terminado la preventa de la segunda generación de valijas.