El Fondo mantuvo su pronóstico de crecimiento para Argentina en 4,5% para este año y mejoró el de la región a 4,1% por un repunte más fuerte del previsto en el final del año pasado en consumo e industria. Los datos fueron presentados por Alejandro Werner, el director para el Hemisferio Occidental del organismo, que frente a la posibilidad de una suba de retenciones para desacoplar los alimentos de los precios internacionales, como planteó Alberto Fernández, recordó que "para el staff del FMI, las políticas fiscales y monetarias son la forma de responder el problema inflacionario".
El Gobierno planteó la posibilidad de aumentar retenciones o fijar cupos de exportación por el impacto de los precios internacionales y las ventas de carne a China, que generan aumentos en el mercado interno, en medio de negociaciones por establecer acuerdos para el maíz y el trigo. Esta semana el Indec difundirá la inflación de enero, que estará entorno al 4%. El Fondo está "trabajando con la Argentina para entender las causas del aumento del Índice de Precios al Consumidor", indicó el economista.
Werner evitó dar precisiones sobre en qué instancia están las negociaciones con la Argentina por el repago del programa de U$S 44.000 millones aunque consideró que la meta del ministro de Economía Martín Guzmán para llegar a un acuerdo antes de mayo "es ambiciosa". De todas formas, aseguró que "se está trabajando para tratar de llegar a un acuerdo en ese plazo".
Sobre la posibilidad de flexibilizar las normas del organismo para que se extienda el acuerdo de facilidades extendidas que se negocia con Argentina más allá de los 10 años que marca el reglamento, Werner consideró que depende del "consejo directivo" y remarcó que hay puntos que todavía están en negociación para "lograr la estabilidad de la cuenta de capitales y un buen equilibrio de cuentas externas, la situación fiscal y monetarias".
"Se ve una recuperación en la Argentina", señaló en conferencia de prensa desde Washington DC. El Fondo había bajado en enero la perspectiva de crecimiento del PBI del país de 4,9% a 4,5% y sigue ahora trabajando sobre ese pronóstico. La caída del 2020 fue del 10,4% según el organismo.
En su blog, Werner planteó que "las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a revertir la devastación económica inicial que dejó la COVID-19 a comienzos de 2020" pero advirtió que la mejora es desigual y los aumentos de contagios la ponen en riesgo.
"Tras la fuerte contracción en el segundo trimestre del año pasado, la veloz recuperación en el tercer trimestre superó las expectativas en algunas de las economías más grandes, como Brasil, Perú y Argentina. La manufactura se recuperó más rápido que los servicios. Las exportaciones netas han retornado a los niveles previos a la crisis, pero el consumo y la inversión están rezagados", detalló el economista chileno.
VACUNAS
"La prioridad de los países debería ser garantizar una dotación adecuada de recursos para los sistemas sanitarios, incluidas la vacunación y las pruebas. La segunda, seguir apoyando a los sectores vulnerables más afectados por la pandemia y afianzar la recuperación que hasta ahora es incierta. Retirar demasiado apoyo fiscal demasiado pronto pondría en peligro estos objetivos", advirtió.
"Los países que cuentan con margen en sus presupuestos para gastar más deben seguir brindando apoyo a sus economías y focalizarlo mejor, lo cual sin duda acelerará la recuperación", agregó en línea con lo que viene planteando Kristalina Georgieva. En cambio, los países con capacidad limitada de gasto "deben priorizar el respaldo a la salud y los hogares".
Pese a la mejora en el pronóstico de este año, en el 2020, 18 millones de personas quedaron bajo la línea de pobreza en la región. El PBI volverá a los niveles previos a la pandemia recién en 2023 y el PIB per cápita lo hará en 2025, "más tarde que otras regiones del mundo".
PATRICIA VALLI
Subeditora de Economía y Política