La acumulación de deuda de los países en desarrollo alcanzó un nuevo récord el año pasado, según informó el Instituto de Finanzas Internacionales, (IFI) lo que hace temer una ola de defaults soberanos este año.
La deuda combinada de los gobiernos, hogares, empresas y el sector financiero de 30 grandes países de renta baja y media ascendió a u$s 98 billones a fines de diciembre, mientras sus monedas se desplomaban frente al dólar.
La carga de la deuda de esos 30 países fue superior a los u$s 96 billones del año anterior y a los u$s 75 billones de 2019, antes de que comenzara la pandemia de coronavirus, según informó el IFI, organismo que agrupa al sector bancario mundial, en la última edición del Monitor de la Deuda Global.
Sólo la deuda pública alcanzó casi el 65% del PBI a fines de 2022, lo que supone un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a los niveles anteriores a la pandemia y el total más alto de la historia a finales de año.
El dólar se disparó frente a la mayoría de las divisas de los mercados emergentes y de las economías avanzadas a lo largo de 2022, elevando el costo de hacer frente a las obligaciones de deuda existentes, muchas de las cuales están denominadas en la moneda estadounidense.
La suba del dólar se produjo tras el agresivo aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos para combatir la elevada inflación, que repercutió en los costos de endeudamiento mundiales.
La divisa estadounidense se ha debilitado desde el otoño. Sin embargo, Ed Parker, responsable de estudios soberanos de la agencia de calificación Fitch, advirtió que 2023 será "otro año difícil", ya que el dólar se mantiene fuerte en términos históricos.
La deuda y el déficit "se mantendrán muy por encima de los niveles previos a la crisis", afirmó durante un evento organizado por el IFI.
Pakistán y Egipto, ambos incluidos en la lista de 30, figuran entre los países considerados de alto riesgo de default. Ambos países devaluaron fuertemente sus monedas en enero, en parte por un intento de desbloquear financiación de emergencia del FMI.
El año pasado, la fortaleza del dólar frente a la mayoría de las divisas de los mercados emergentes llevó a los inversores a deshacerse de acciones y bonos de estos países. Esta tendencia se invirtió el pasado octubre tras el debilitamiento del dólar. Sin embargo, los últimos datos sobre la economía estadounidense, que sugieren que la inflación y las tasas de interés podrían mantenerse altas durante más tiempo del previsto, han provocado un nuevo repunte del dólar.
Emre Tiftik, economista del IFI, afirmó que la fortaleza del dólar había hecho que los países de renta baja tuvieran que hacer frente a costos de financiación adicionales, ya que muchos dependían en gran medida de la financiación denominada en dólares para asegurarse el interés de los inversores mundiales.
Sri Lanka y Ghana dejaron de pagar su deuda externa en 2022, después de Zambia en 2020. La relación entre los costos del servicio de la deuda y los ingresos públicos se ha elevado a "niveles excepcionales", afirmó Parker.
En las economías avanzadas, la deuda total se redujo casi u$s 6 billones, hasta algo menos de u$s 201 billones, con lo que la carga total de la deuda mundial se redujo ligeramente, de u$s 303 billones a fines de 2021, a menos de u$s 300 billones a finales del año pasado.