Fue un ícono de la industria automotriz de los 60, un vehículo realmente nacional y popular utilizado para trabajar. El Rastrojero llegó a ser en los 70 un líder entre las "chatas rurales", cuando concentró el 80% de las ventas de camionetas diesel en el país. Fabricado por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), se lanzó a la venta el 1 de mayo de 1952 y en 1980, la compañía estatal se deshizo y el ministerio de Economía en manos de Alfredo Martínez de Hoz marcó el fin de su producción.
Hoy la historia comienza a darle revancha al Rastrojero. En épocas de auge de pick ups en el país, un empresario vinculado a la industria metalmecánica junto a su esposa se encuentra en las fases finales para volver a producirlo. En diálogo con El Cronista, Carlos Ptaschne explicó que se encuentra realizando en Europa, un prototipo de lo que será el nuevo Rastrojero.
"La esencia del vehículo será la misma, pensada como una camioneta noble, con gran capacidad de carga, de bajo costo de mantenimiento, ideal para el trabajo", dijo. Pero contará con una novedad impensada para los primeros fabricantes: un motor eléctrico japonés. Así, la nueva versión saldrá con el nombre "Rastrojero Eléctrico Maperion".
Este es el cuarto intento de Ptaschne de reflotar la fabricación del Rastrojero. Después de seis años encontró una vuelta legal para quedarse con la marca, que según el empresario, estaba abandonada. Hoy se encuentra tramitando la validación del vehículo en el que un grupo de diseñadores e ingenieros argentinos (comandados por Sergio Rinland) están trabajando en Europa.
La ambicioso plan de Ptaschne es terminar el prototipo, que demanda una inversión de u$s 30 millones, y homologarlo en el viejo continente para luego ingresarlo a la Argentina. La meta es comenzar a venderlo en 2025.
Para la fabricación, el empresario proyecta instalar una línea de montaje propia, que calcula costaría unos u$s 120 millones, y abastecerse de autopartistas locales hasta llegar a un 50% de integración nacional. Está pensado para tener una autonomía de 400 kilómetros y según Ptaschner, para el momento de su lanzamiento ya habrá infraestructura suficiente en la Argentina para ser cargado con energía eléctrica. Como en su historia, con esta camioneta se pretende mantener la característica de "accesible", principalmente para quien trabaja en servicios. Hoy, el empresario calcula que su precio será de u$s 30.000 y proyecta que incluso se podrá comprar en cuotas.
Por lo pronto, en paralelo al terminado del prototipo "en septiembre se saldrá a una ronda de capitalización para elegir socios que impulsen la fabricación", explicó Ptaschner. Y agregó que ya tuvo ofertas de interesados de todas partes del mundo. Destacó el contacto con empresas indias e incluso de Arabia Saudita que ya verían al rastrojero con posibilidad de ser vehículos "ideales para tareas de mantenimiento en aeropuertos".En el mercado, muchos se preguntan el lugar que tendrá este vehículos en el escenario actual. Con el diseño del ingeniero aeronáutico Raúl Gómez, el Rastrojero compitió el siglo pasado con otras leyendas como la Estanciera y el Baqueano (de IKA) y luego por las más sofisticadas Ford F-100, Dodge D-100 y Siam Argenta.
Hoy la Argentina se transformó en un polo de pick ups, un segmento cuyas ventas crecen al igual que la producción. En el país se venden casi 15.000 utilitarios y camionetas por mes de unos 30 modelos diferentes. Para el Rastrojero, aun no hay previsión de producción ni de venta.