-El Índice de Confianza Empresaria de los industriales metalúrgicos cordobeses durante junio de 2022 se redujo un 9.1% en comparación con la medición previa, en diciembre de 2021, pero fue el segundo mayor valor desde finales de 2017 (16.8% por debajo del nivel registrado en diciembre de 2017).
-Esta caída está dada más por caída de expectativas (variación de -14.1% con relación a la medición previa) que por caída de la percepción sobre la situación actual (variación de -6.2%) a tal punto que la diferencia entre el componente de expectativas y el componente de percepción sobre situación actual tuvo, en junio de 2022, el menor valor de los últimos 10 años.
-Las expectativas sobre la macroeconomía están muy divididas en lo referido al crecimiento económico (30.3% cree que será mayor en 2022 que en 2021, el mismo porcentaje cree que será inferior), pero son mayoritariamente pesimistas en lo referido a la inflación (91.9% cree que será mayor durante 2022 que durante 2021).
-Durante el primer cuatrimestre del año, el 54.6% de las empresas metalúrgicas cordobesas produjo más que un año atrás, porcentaje inferior al registrado en la medición previa. El 10.1% tuvo menor producción y el 32.3% tuvo el mismo nivel de producción.
-Durante el primer cuatrimestre del año, el 32.3% de las empresas metalúrgicas cordobesas tuvo más empleados que un año atrás (apenas por debajo del 33.7% registrado en la medición anterior). El 10.1% tuvo menor cantidad de empleados y 57.6% tuvo la misma cantidad de empleados.
-Durante el primer cuatrimestre del año, el 37.4% de las empresas metalúrgicas cordobesas tuvo menor rentabilidad que un año atrás (porcentaje mayor al registrado en la medición previa). El 20.2% tuvo mayor rentabilidad y el 39.4% tuvo la misma rentabilidad.
-En comparación con la medición anterior, empeoraron marcadamente las expectativas sobre rentabilidad durante 2022 (el porcentaje que cree que aumentará la rentabilidad este año se redujo del 46.3% en diciembre de 2021 al 21.2% en junio de 2022), empeoraron más levemente las expectativas sobre producción (el porcentaje que cree que aumentará la producción durante este año se redujo del 53.7% al 48.5%), mientras mejoraron levemente las expectativas sobre empleo a finales de 2022 (el porcentaje que cree que terminará el año con mayor cantidad de empleados que un año atrás aumentó del 30.5% en diciembre al 35.3%% en junio).
-Durante los últimos cuatro meses de 2022, la mayoría de los segmentos metalúrgicos presenta ventas, medidas en unidades, iguales a las registradas en igual periodo del año previo, con la excepción del segmento que provee a terminales automotrices, donde es mayor el porcentaje de empresas con mayores ventas que un año atrás (44.4% vendió más, 33.3% vendió igual y 22.3% vendió menos), y del segmento de proveedores de fabricantes de maquinaria agrícola, donde ocurre algo similar (42.9% vendió más, 38.1% vendió igual y 14.3% vendió menos).
-Las expectativas de ventas durante 2022, medidas en unidades, están concentradas mayoritariamente en expectativas de mantenerlas en iguales niveles, excepto en el segmento de empresas que proveen a otras autopartistas, donde el porcentaje que espera aumentos (38.5%) es mayor que los porcentajes que esperan mantenimiento (30.8%) o reducción (15.4%).
-La evaluación de la gestión económica del Gobierno nacional empeoró en comparación con la medición anterior, continúa siendo mayoritariamente negativa y se encuentra en los peores niveles en 12 años: 65.6% la evalúa negativamente, 28.3% la evalúa como regular y solo 5.1% la evalúa positivamente. Algo similar, aunque menos marcado, ocurre con la evaluación de la política industrial del Gobierno nacional: 57.6% de evaluación negativa, 33.3% de evaluación regular, 9.1% de evaluación positiva.
-La evaluación de la política industrial del Gobierno provincial continúa siendo mejor que la evaluación de la política industrial del Gobierno nacional, con evaluación positiva del 38.8% (9.1% a nivel nacional) y evaluación negativa del 18.3% (57.6% a nivel nacional).
-Durante el primer semestre del año, del total de empresas que utilizan piezas o insumos importados (65.7% del total), el 37.0% se vio afectada mucho o bastante por dificultades para acceder al mercado oficial de cambios, mientras que el 55.4% se vio afectada mucho o bastante por dificultades para acceder a piezas o insumos importados.
-“Resulta inaceptable, desde una lógica de competitividad industrial, que la política cambiaria intente solucionar la ‘falta de dólares’ en el mercado oficial de cambios restringiendo importaciones de insumos productivos, cuando la totalidad del déficit viene produciéndose por compras con tarjetas de crédito, viajes al exterior y salida de capitales. Mejor solución sería segmentar el mercado de cambios, con exportaciones e importaciones de bienes y servicios vinculados con la producción en el segmento de tipo de cambio administrado y el resto de las operaciones en el segmento de tipo de cambio libre”, sostienen.