“Cosecha manual, delicada elaboración con aromas que sorprenden y una exquisita expresión en boca”. Con esta leyenda describen su variedad Sauvignon Blanc 2018, la que según Ignacio Lozano, es sin duda una de las joyas de la bodega.
En la estancia ubicada en San Pedro Norte, funcionan junto con el cultivo de vid los tres focos de producción restantes: ganadería, nogales y almendros. En total el predio tiene 400 hectáreas de las cuales 16 están destinadas al cultivo de nogal, 5 al cultivo de vid, 2 a la producción de almendros y el resto se distribuye entre ganadería (ovina y bovina) y reservas ecológicas de flora y fauna autóctona.
Ignacio explica que las primeras plantaciones de vid fueron realizadas en el año 2011, concretamente una hectárea dividida entre Malbec y Cabernet. Al año siguiente crecieron en superficie (3,5 hectáreas con Malbec, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Sauvignon Blanc) y en el 2018 aumentaron la superficie de Sauvignon Blanc (0,5 hectáreas).
“Nuestra primera elaboración de vino fue con la vendimia del año 2017 con una producción de 6.000 botellas, las que salieron a la venta en noviembre del 2018. Ese mismo año se elaboraron 20.000 botellas, las que fueron lanzadas al mercado en agosto del 2019. La producción de este año se encuentra en pleno proceso de maduración y crecimiento, siendo que se cosecha entre fines de enero y marzo”; afirma Ignacio.
Hablemos de sus vinos
Actualmente trabajan dos líneas de vino:
- Quishca: su nombre viene de quiscaloro, cactus que crece en nuestras tierras y significa espina. Son vinos jóvenes, frescos y sencillos. Su precio es de $ 470
- Misitorco: está inspirado en el cerro más alto de la región y significa en quechua el cerro del puma. Son vinos con mayor expresión varietal, más complejos; su precio es de $ 625
“Producimos malbec, cabernet sauvignon, sauvignon blanc y syrah; y nos especializamos en hacer blends, buscando cambiar y sorprender al consumidor con cada año de elaboración” afirma Ignacio. El público más joven busca mucho la línea Quischa; en cambio el consumidor más conocedor y de más edad se identifica con la línea Misitorco.
¿Próximos desafíos? Poder abrir la bodega al público, para que los clientes puedan ir a conocer los procesos de producción. “El proyecto final es llegar a producir 100.000 botellas anuales y poder ofrecer nuestra línea de frutos secos y carne de cordero serrano para que aquel que nos visite tenga una experiencia gastronómica completa, se sorprenda con nuestros paisajes y experimente un viaje en el tiempo y la historia” concluye Ignacio.