“Muchos son los factores que explican esta marcada diferencia de desempeños. Pero un indicador muy sugerente que desnuda las diferencias entre los países son las exportaciones por habitante. En este sentido, según datos de los institutos de estadísticas de los tres países se observa que:
- Chile exporta U$S 4.025 por persona.
- Uruguay exporta U$S 2.134 por persona.
- Argentina exporta solo U$S 1.384 por persona.
“Estos datos muestran que tanto Chile como Uruguay tienen la capacidad de generar muchas más exportaciones que Argentina. Esto implica que, en términos relativos, en Chile y Uruguay hay más abundancia de dólares que en Argentina. Esto les permite importar mucho más (Chile importa por el equivalente a U$S 3.000 por habitante y Uruguay a U$S 2.500 por habitante) que Argentina (que importa apenas U$S 1.500 por habitante) sin que esto les provoque inestabilidad cambiaria. Una economía con más importaciones tiene mayor diversidad de precios y calidad tanto de bienes de capital e insumos para la producción como de bienes de consumo para la población, brindando así mayor bienestar.
El problema de fondo de la Argentina es que genera muchas menos divisas que las que necesita para satisfacer sus expectativas de vida. En otras palabras, para hacer crecer la actividad económica y el empleo formal se necesitan crecientes importaciones porque el sector productivo consume muchos bienes intermedios y de capital que se producen en el exterior. De hecho, el 85% de las importaciones en Argentina corresponden a máquinas, repuestos e insumos.
Asimismo, los argentinos ansían consumir productos extranjeros y viajar al exterior tanto como los chilenos y uruguayos. Pero pretender reactivar la producción, consumir productos extranjeros y viajar al exterior exportando tan poco fatalmente deriva en inestabilidad cambiaria y, asociada a ella, alta inflación y recesión.
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