Explica Idesa que entre las 600.000 que consiguieron empleo se observa que:
- Un 13% consiguió empleo como trabajador asalariado registrado.
- Un 41% consiguió empleo como trabajador asalariado no registrado (“en negro”).
- Un 46% se auto empleó como trabajador cuentapropista.
“Estos datos muestran que casi la totalidad de los empleos creados en los últimos 3 años fueron como asalariado informal o en el cuentapropismo. Considerando además que los cuentapropistas registrados con aportes tampoco crecieron, significa que prácticamente todos los nuevos cuentapropistas son también informales. Por lo tanto, 9 de cada 10 empleos generados en los últimos 3 años son informales. Para peor, el poco empleo asalariado formal generado fue en el sector público”, resume Idesa.
Y entonces, ¿qué hacemos?
Para promover la generación de empleo formal es imprescindible replantear la anacrónica legislación laboral y los antiguos convenios colectivos de actividad. Regulaciones que se negociaron centralizadamente en los años ’70s y ‘80s colisionan con las nuevas tecnologías y tienen total desconsideración por las realidades de las PYME y de las economías regionales. Por ejemplo, si bien están dadas las condiciones para que comiencen a operar los camiones Bitren, produciendo un gran impacto positivo sobre la productividad económica en el interior del país, al reducir sustancialmente los costos de transporte, la instrumentación está demorada porque el convenio colectivo sectorial de camioneros no contempla la categoría de conductor de este tipo de vehículos.
En países con alta tradición de protección laboral, como Alemania y España, y pronto se sumarán Francia e Italia, los empleadores tienen la opción de apartarse de los convenios de actividad para firmar con sus trabajadores un convenio de empresa. Cuando la Argentina se sume a esta tendencia, el INDEC dejará de anunciar malas noticias laborales y no harán falta iniciativas legislativas impulsando prohibir los despidos.