“En los últimos días han trascendido casos de empresas proveedoras que han decidido cesar total o parcialmente las actividades industriales en la Argentina. Nos preocupa sobremanera que se interprete que ello es el mero resultado de la coyuntura generada por la pandemia del COVID-19 -analiza Afac, Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes-. Cerrar actividades fabriles en el sector automotor requiere procesos de decisión que llevan muchos meses, y a veces años”.
Al enumerar los factores que convergen para que hayan cerrado actividades productivas unas 47 empresas de la actividad autopartista (17 de ellas en 2019 y lo que va de 2020), Afac lista:
- La falta de estímulos y la inseguridad jurídica.
- Altísima presión impositiva
- Derechos de exportación que desincentivan ventas externas
- Normas laborales rígidas y generadoras sistemáticas de contingencias judiciales y convenios laborales arcaicos
- Escaso poder de influencia local sobre los procesos de decisión de las casas matrices
- Abuso de posición dominante en el caso de algunos clientes.
Por estas razones, entiende Afac, desde 2011 a diciembre de 2019 se perdieron 15.000 empleos directos en el autopartismo, cayendo todos los años con respecto al año anterior. Además, el ratio de importaciones de autopartes por vehículo producido pasó de US$ 13.000 en 2009 a US$ 18.500 en 2019.
Así, en los últimos 10 años el déficit autopartista osciló entre US$ 4.000 millones y los US$ 8.000 millones, dependiendo de la cantidad de vehículos producidos. Las exportaciones de autopartes, que eran US$ 2.500 millones hace 10 años, cayeron a US$ 1.500 millones en 2019, el 40% menos.
Listado de bajas