¿Por qué se llega al absurdo que Vea promocione verduras con 20% de descuento en el Hot Sale? ¿Alguien va a armar un carrito de compras virtual para aprovechar ese "ofertononón"?
Pero no es que sean "volados", es que todo el Hot Sale está pensado desde la CACE para generar una fantástica fábrica de publicidad endogámica que aumenta visitas a los sitios y termina desilusionando a los clientes.
Como en la fábula, van matando a la gallina (que podía llegar a poner) huevos de oro.
¿Sabés cuánto vale poder usar el loguito de Hot Sale? "Desde" $ 18.000. Si multiplicamos...
$ 25.000 (promedio)
x 350 empresas (participantes)
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$ 8.050.000 para publicidad del propio Hot Sale
Ah, eso sin contar la inversión de publicidad que cada marca hace por su cuenta en el evento. Una fiesta de avisos.
Si algo llamó la atención de esta edición (más allá de los números incomprobables que brinda la cámara porteña de comercio electrónico, CACE) es la cantidad de columnistas que alzaron su voz para evitar engaños en el Hot Sale.
La propia empresa Linio.com.ar (participante de la movida) envió un comunicado con una "Guía para reconocer una verdadera oferta".
En otras palabras: "te van a hacer trampa, pero te damos pistas para que los descubras (no muchas, en el revoleo caerán un montón de incautos)".
¿Está todo mal con el Hot Sale? ¡No! Es una iniciativa buenísima, pero hay que repensarla poniendo al cliente en el centro, no a las empresas intervinientes.
Por ejemplo, que las empresas se sumen con sólo 10 ofertas, pero todas de alto valor. La CACE -quizás- recaudaría menos, pero reposicionaría un evento que ya se asume como engañoso, perjudicando a justos (que los hay) entre muchos "pecadillos".
¿En serio? ¿Alguien compra verduras en el Hot Sale? (un evento pensado para las empresas, no para el cliente)
(IB) Este año se "avanzó" mucho en torno al Hot Sale: ya no se discutió si había ofertas engañosas, sino directamente se alertaba sobre cómo prevenir los fraudes de las empresas participantes.
Para muchos, con este Hot Sale se agota un formato pensado desde la CACE (para recaudar millones) y las empresas (que se suben al carrusel con mentiras de precios y cachivaches de ofertas), pero sin eje en el cliente.