Aplaudida por muchos y detestada por otros, la cuarentena nos puso a prueba a todos como sociedad, donde el autocontrol y el acatamiento de las autoridades se vio reflejado en mayor o menor medida en las ciudades, sobre todo en las grandes urbes como el Gran Buenos Aires, CABA, Rosario y el área metropolitana de Córdoba.
Claro que el factor creciente de las actividades permitidas aumenta el movimiento de gente por las ciudades, existen otros indicadores que permiten entender un poco mejor cómo fue el flujo de personas que transitaron estas urbes durante el mes de abril, en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Como se puede observar -y tomando como base la semana del 6 al 10-, la circulación de personas tiende a subir cada vez más, sobre todo los viernes, el día donde más se acelera la tendencia disruptiva de la cuarentena.
¿Cómo fue el movimiento en esta última semana?
Para llevar a cabo este índice semanal, se tomó como referencia la semana del 9 al 13 de marzo, dado que para ese entonces aún no había medidas restrictivas en la circulación y todo funcionaba como en cualquier semana habitual, teniendo en cuenta también la cantidad de individuos que circulan en las principales zonas de cada ciudad y la amplitud de desplazamiento promedio desde el área de residencia.
En el caso de CABA y el GBA la circulación promedio se mantuvo en un 30%, con un ligero incremento sostenido semana a semana, que responde a la “ansiedad” de las personas ante el agobio no solo del encierro, sino de la imposibilidad de trabajar (y todo lo que eso acarrea).
A diferencia de los bonaerenses/porteños, los rosarinos tuvieron un promedio más alto, del 36%, con una tendencia ascendente que llegó al 38%, para bajar en esta última semana, pese a que la circulación por las arterias más importantes de la ciudad oscila el 30% desde las dos últimas semanas.
¿Y por casa cómo andamos?
Pero si comparamos contra las demás urbes, Córdoba fue la “más responsable”, con un promedio de circulación del 28%, una tendencia que se amesetó en las dos últimas semanas y donde, tanto el flujo en los sectores más importantes como el radio de circulación por persona, presentaron tendencias a la baja, aunque esta semana ya hemos visto el hartazgo por gran parte de los ciudadanos -sobre todo comerciantes-, para volver a salir a las calles. Eso sí, con la conciencia social de llevar barbijos y respetar las distancias.
Si bien la circulación no es muy alta, ya se sienten los síntomas del encierro después de más de 45 días de cuarentena que, sumado al factor económico (que va de Guatemala a Guatepeor) no genera más que la necesidad de muchos de salir a trabajar. Será cuestión de días para ver hasta dónde llega la paciencia de una sociedad ahogada por una pandemia y la economía que nadie pidió, pero nos toca vivir.