Ingresos Brutos es un impuesto directo que cobran todas las provincias que recaen sobre las ventas de quienes ejercen actividad comercial. En Córdoba la alícuota es alta, pero no es la única provincia con esa característica, y promedia un 4,5%
Los contadores dicen que tiene como principal defectos la "piramidación": como no se discrimina en el precio se cobra en cada etapa y al pasar a la etapa siguiente de la cadena de comercialización forma parte de la base del valor del bien o servicio.
"Hay una importante movida para eliminarlo -dice Aramburu-, lo cual comparto, pero el meollo de la cuestión es otro: cuánto bajó el gasto para no seguir aumentando los impuestos. Podemos cambiarle de nombre pero si a las provincias no le alcanza la plata van a pasar a cobrarlos de otra forma pero no habrá solución definitiva", reflexiona.
Y recuerda una situación histórica: "en 1974 cuando salió el IVA eliminaron el impuesto a las Actividades Lucrativas, similar a lo que hoy es Ingresos Brutos, pero se volvió a poner dos o tres años después", señala.
Para el especialista tributario y socio de Deloitte, la discusión debería plantearse en normalizar la situación interjurisdccional. "Una empresa que está en más de una provincia actualmente tiene un equipo dedicado a las legislaciones particulares de cada una de ellas; hoy son más complicados para las organizaciones los regímenes de retención y percepción que la operatoria comercial en sí misma", cuestiona.
Aramburu reitera que está a favor de la eliminación de IIBB pero que un nuevo impuesto tiene complejidades aplicativas "que no sé si estamos en condiciones de resolverlo a corto plazo".
"Este es un problema político más que técnico", concluye. (GL)