No me parece un dato menor. Y menos aún un dato para “esconder”. La cantidad de muestras que analiza el Instituto Malbrán en Buenos Aires (hasta ayer único centro de detección de COVID-19) permitiría que la población (y los especialistas) tuviera un elemento más de evaluación.
Aunque los criterios que llevan a un médico a pedir un hisopado de un potencial infectado pueden variar un poco, se supone que hay cierta homogeneidad y protocolos.
Lo que sí parece claro, es que el Malbrán no tienen ningún “cuello de botella” (al menos por ahora) para realizar los análisis. “Estamos holgados y lejos del límite operativo”, dicen.
Así las cosas, el Ministerio de Salud debería liberar estos datos y -siguiendo las recomendaciones de la OMS- intensificar la cantidad de test para avanzar en el aislamiento estricto.
¿La estrategia es ralentizar o intentar detener la circulación?
“Siempre hay que jugar en base a un plan, aunque el plan sea malo”, dice un viejo axioma del ajedrez.
A mí, personalmente, no me queda claro si lo que buscan las autoridades es “achatar” la curva o -directamente- cortar la circulación al mínimo.
En un principio (hace pocos días), los especialistas decían que no se iba a poder detener el virus y que el 80% de las personas iba a desarrollar la enfermedad en un futuro más o menos cercano (15% iba a demandar cuidados más delicados y un 5% respiración asistida). La clave, nos explicaron, era alargar la curva para descomprimir los casos graves en el tiempo, permitiendo -dentro de lo posible- que el sistema de salud y las camas de hospital alcancen los más posible.
Con unos 10 casos promedios “positivos” por día en la última semana, pareciera que las autoridades trabajan en “parar” la circulación. Esa estrategia haría que los distanciamientos sociales se deban extender por largos meses y mantener los flujos de gente desde el exterior minimizados o cerrados.
Muestra descentralizadas sí, ¡pero información centralizada!
Este miércoles está previsto que el Ministerio de Salud anuncie la descentralización de los análisis de potenciales casos de COVID-19, lo que dotaría al proceso de mayor agilidad. Eso está bien bueno. Pero ojo: todos los datos -incluyendo la cantidad de muestras analizadas- deberán seguir en una única fuente oficial para evitar empeorar los datos disponibles en la toma de decisiones y en información pública.