DOSarg es una empresa liderada por cinco socios y amigos. Un grupo de oficiales de la Fuerza Aérea Argentina, pilotos e ingenieros profesionales que comparten la pasión por la aviación.
Decidieron fundarla en el año 2017, aunando conocimientos y experiencia, con el propósito de profesionalizar el uso de los vehículos aéreos no tripulados.
Así nació la Escuela de Manejo de Drones, donde no solo se dictan cursos sino que toman la tarea de “evangelizar” sobre la potencialidad y los diversos usos que se le puede dar a un drone, como el trabajo en relevamiento aéreo aplicable a la construcción y la minería. Para estos casos, el uso de las fotos geoposicionadas con drones, arrojan datos específicos al cliente sobre lugares de difícil acceso, para el análisis de terrenos en la construcción, por ejemplo.
Cuando me comuniqué con Eduardo Belbruno, uno de los socios fundadores, mi primera pregunta fue si todos podemos tener un drone. Su respuesta fue un “sí”, contundente. Entonces avancé: ¿qué dron recomendarías a un principiante? Antes de darme esa información, Eduardo me aclaró que el dron dejó de ser un juguete tecnológico para aficionados y se convirtió en una herramienta de trabajo y un aliado de la seguridad ciudadana.
Después sí, me explicó que antes de pensar en comprar uno, es fundamental leer la reglamentación vigente publicada en la página del ANAC (Administración Nacional de Aviación).
Resulta que para operar un dron, se debe obtener la Certificación de Miembro de Tripulación Remota. Además de contratar un seguro contra terceros y registrarse en el VANT (Reglamento Provisional de Vehículos Aéreos No Tripulados), donde el interesado deberá exponer los motivos de su uso, los riesgos que identifica y asumir la responsabilidad de cumplir y respetar la normativa vigente. Ese documento se presenta en ANAC, quien determinará si se autoriza o rechaza la petición.
¿Quiénes están detrás de este proyecto?
Cada socio desempeña una tarea diferenciada y clave, según su formación, conocimientos y habilidades.
Rodrigo Alisio es ex piloto de la Fuerza Aérea Argentina y además de haber complementado su formación de manejo de drones, en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, es el director de Proyectos y Nuevos Productos en DOSarg. Se encarga del análisis y procesamiento de la información que se obtiene, de los relevamientos a través de drones en la minería y la construcción. También está a cargo del desarrollo de nuevos productos.
Rafael Campagna es piloto de la Fuerza Aérea y aficionado del aeromodelismo, y desarrolló uno de los primeros drones que tuvo la escuela de aviación de la Fuerza. En la empresa es el director del Departamento de Educación y se encarga del armado y organización de los cursos de manejo de vehículos no tripulados.
Emilio Caliri es técnico electrónico de la Fuerza Aérea y es el director técnico de la empresa. Se encarga del mantenimiento y control de la flota de drones, una tarea muy semejante a la que se hace en los aviones. Consiste en registrar la cantidad de horas mensuales de vuelo, chequear las baterías y controlar todo lo necesario para reducir cualquier riesgo de accidentes y mantener el estado óptimo de los drones.
Andrés Robles es piloto, oficial de la Fuerza Aérea y director de Operaciones en la empresa. Se encarga de coordinar todas las operaciones de vuelo, para los trabajos de relevamiento y para los cursos de la escuela. Gestiona todos los permisos en ANAC, para la parte práctica de los cursos y para el trabajo de la empresa.
Eduardo Belbruno es ex oficial de la Fuerza Aérea y el director comercial en la DOSarg. Se encarga del marketing, las ventas y la administración.
Un dato:
La legislación limita para el uso recreativo de drones un espacio restringido a un radio de 30 metros en horizontal y 10 metros de altura. Fuera de ese espacio se lo considera uso comercial.
Le pregunté a Eduardo si el negocio de los drones es rentable hoy. Me aseguró que el mercado crece de manera rápida y exponencial. En el caso de DOSARG, la escuela es rentable por su amplio alcance que incluye también cursos de fotogrametría y avance de obra, es decir, los usos y aplicación del dron al trabajo.
También es rentable la consultoría a empresas que ofrecen, porque la tecnología del drone es cada vez más requerida para resolver trabajos como el control de stock, la seguridad en shoppings y en barrios privados (como complemento del guardia). En este campo son muy útiles porque las cámaras termográficas miden la temperatura y posibilitan detectar la presencia de personas o animales.
Es muy amplio el espectro que cubren estos dispositivos tecnológicos no tripulados, resuelven problemas y acortan distancias. Se usan cada vez más en la minería, la agricultura, los buques de salvamento y en algunos países como África, que durante los primeros tiempos de la pandemia por el COVID-19, se implementaron como delivery, para enviar medicamentos a algunos poblados difíciles de acceder por tierra.
Bonus para el final
Dos características revolucionarias de un drone profesional:
-Todo tiempo: pueden volar con lluvia y viento (20 nudos - 37 km/h), inclusive de noche y a una altura máxima de 4 mil metros.
-Sistema “return to home”: ante la pérdida de señal o problemas técnicos, el drone regresa al punto de donde despegó.