El prestigioso economista estadounidense galardonado en el año 2013 con el Nobel de Economía por sus investigaciones acerca de la variabilidad en el precio de las acciones y bonos y la irracionalidad de los mercados financieros, afirma que si bien el horizonte temporal que plantea para la extinción de la criptomoneda es largo, se verá una disminución de su valor mucho antes.
A inicios del 2017 un bitcoin costaba casi US$ 1.000, llegando a nada menos que US$ 19.000 a fin de ese mismo año. La caída en 2018 fue tan rápida como profunda, teniendo una unidad hoy un valor aproximado de US$ 6.600.
El ex estudiante de maestría y doctorado del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y actual profesor de la Universidad de Yale compara al bitcoin con otros intentos fallidos de monedas experimentales que se tratan de implementar desde el año 1800, y atribuye su auge a factores más psicológicos que económicos.
Agrega que además prácticamente nadie fuera de un departamento de ciencias de la computación puede explicar cómo funciona una criptomoneda y eso le da, según sus palabras, “exclusividad y glamour”, entusiasmando a millones de devotos.
Son muchos los que apoyan a Shiller. Bill Gates, fundador de Microsoft, asegura refiriéndose al bitcoin que le gustaría apostar en contra si hubiera una forma fácil de hacerlo. Warren Buffett, uno de los empresarios más ricos del mundo y considerado uno de los mejores inversores de la historia, es otro fuerte detractor de la criptomoneda.
“Si compras algo como bitcoins o alguna otra criptomoneda, no tienes nada que está produciendo nada. Solo estás esperando que el próximo comprador pague más. Y solo sientes que vas a encontrar al próximo comprador que pague más si él piensa que va a conseguir a alguien que pueda pagar más. No estás invirtiendo, estás especulando", concluye Buffett en una entrevista con Yahoo Finanzas.