Te lo contamos con un enfoque práctico y amigable, para que no te pierdas en el camino, de la mano de Elías Irurzun, gerente comercial de West Indian, barista y coffee consultor.
Primero lo primero: ¿qué es lo más importante? ¡El concepto! Cualquier proyecto debe tener un concepto claro. Sí, suena obvio, pero no lo es tanto. Cada vez vemos más locales que cierran porque nunca lograron definir una propuesta sólida. ¿Qué querés que tu cafetería ofrezca? ¿Es un lugar para "coffee to go" o un espacio para quedarse? ¿Qué tipo de experiencia querés que vivan tus clientes?
“El concepto es la base de todo: el nombre, la estética, el ambiente, e incluso la propuesta gastronómica deben alinearse con él. Hoy por hoy, casi todos los sectores venden más que un producto: venden una experiencia. Y el café, sin duda, no escapa de esta tendencia”, expone Elías.
Definí tu identidad y espacio: una vez que tengas tu concepto claro, será más fácil definir la identidad de tu cafetería. Esto te ayudará a elegir el espacio físico adecuado. ¿Un lugar pequeño y tranquilo? ¿O un salón más grande para que la gente pueda quedarse horas trabajando o charlando? Dependiendo del tamaño y la experiencia que busques ofrecer, tenés que ajustar tus expectativas en cuanto a equipamiento y operación.
El tamaño del local influirá directamente en qué tipo de equipamiento necesitás. No es lo mismo montar una cafetería de 30 m2 que una de 150 m2. ¿Vas a usar equipamiento para producción de hasta 3 o 4 kilos de café por día? ¿O necesitas algo más robusto? Estos detalles son cruciales y dependen de lo que quieras lograr con tu negocio.
Invertir en buen equipamiento (y saber qué comprar)
El equipamiento es clave en cualquier cafetería, pero ojo: no siempre lo más caro es lo que necesitás. “Hay emprendedores que compran máquinas superpotentes que nunca llegan a usar a su máxima capacidad. Por eso, tenés que asesorarte antes de realizar la inversión, es fundamental”, comenta Irurzun. “La cafetera y el molino son los elementos centrales, y hay opciones para cada tipo de negocio, desde operaciones más pequeñas hasta grandes volúmenes de producción”, agrega.
Y hablando de números: ¿cuánto costaría montar una cafetería? Obviamente que hay muchos factores que varían como los equipamientos, lugar físico, espacio, diseño, etc. Sin embargo, Elías nos cuenta que los rangos de precios van para un setup inicial, desde los US$ 10.000 hasta los US$ 35.000. Te lo pongo más fácil: una cafetería pequeña, puede montarse con una inversión de US$ 10.000, accediendo a equipamiento de primer nivel.
Capacitación: el cimiento oculto del éxito
Muchas veces, las personas piensan que abrir una cafetería es sencillo. Pero, ¿sabías que uno de los cimientos más importantes para el éxito es la capacitación? Y no, no hablamos solo de saber hacer un buen café. Entender el mundo del café especial y cómo comunicar su propuesta es crucial. No basta con tener el mejor equipo o la mejor materia prima si no contás con personal capacitado que sepa cómo operar todo y transmitirlo al cliente.
“Además, la calidad del producto final depende de tres pilares: el buen equipamiento, una materia prima excelente y personal con conocimiento. Si una de esas patas falla, todo se tambalea”, comenta Elías.
Un mercado que crece (y exige)
La demanda de cafeterías sigue creciendo en Argentina. Aunque no producimos café, el país tiene uno de los mayores consumos per cápita del mundo. Este aumento responde, en parte, a una "moda" de tomar café de especialidad, pero también a un cambio de paradigma en los consumidores, que hoy buscan experiencias más completas y de calidad.
El café pasó de ser una bebida para "gente grande" a convertirse en algo cool y hasta instagrameable. Esto impulsa a más emprendedores a entrar al mercado, pero ojo, porque no todas las cafeterías sobreviven. Hoy, el consumidor está más informado y exigente. Por eso, abrir una cafetería ya no es solo una cuestión de tener buen café: es necesario ofrecer una experiencia completa y bien pensada.
¿Cerveza artesanal o café? ¡El café no tiene competencia!
Una pregunta recurrente es si el boom de las cafeterías será pasajero, como lo fue con las cervecerías artesanales. Pero el café tiene una ventaja que las bebidas alcohólicas no: no tiene competidor. Es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua, y no parece tener freno.
Lo que sí tiene son filtros. El cliente de hoy es más exigente y si no encuentra la calidad que busca, simplemente no volverá. Por eso, es clave cuidar cada detalle, desde el equipamiento hasta la formación de quienes sirven las tazas.