El pasado 17 de octubre, en el Foro Internacional de Innovación Perú 2024, se presentó formalmente la nueva norma. En el evento, el argentino Alan Zettelmann, CEO de Innoconsult y autor del libro Commanding Innovation, fue uno de los principales ponentes. Zettelmann detalló cómo las empresas pueden profesionalizar la innovación y convertirla en un pilar estratégico a largo plazo, utilizando un marco de gestión estandarizado y herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT) y blockchain.
La ISO 56.001: un marco para la innovación certificada
Con esta norma, las empresas podrán no solo fomentar un ambiente propicio para el desarrollo de nuevas ideas, sino también implementar mecanismos concretos para medir el éxito de sus iniciativas innovadoras.
La familia de normas ISO 56.000, y en particular la 56.001, proporciona una estructura para gestionar la innovación de manera sistemática, reduciendo el riesgo y la incertidumbre que suelen acompañar este proceso en las organizaciones.
“Los CEOs ya no son evaluados únicamente por sus resultados financieros inmediatos, sino por su capacidad para anticiparse a los cambios del mercado e innovar de manera sostenible”, comenta Zettelmann. “La ISO 56001 es una herramienta poderosa para que las empresas logren esto de manera profesional y estructurada”.
¿Por qué es clave medir la innovación?
Uno de los grandes desafíos en la gestión de la innovación es su medición. Según Zettelmann, "si no puedes medirlo, no puedes mejorarlo". En este sentido, un concepto fundamental es el Innovation IQ, un indicador que permite a las organizaciones detectar sus puntos débiles en cuanto a innovación y enfocarse en áreas críticas como la colaboración interna o la satisfacción del cliente.
"Medir el IQ de Innovación te da una radiografía clara de dónde está tu empresa en términos de innovación. Con esa información, es más fácil ajustar procesos, reducir tiempos de desarrollo y mejorar la oferta de productos y servicios, siempre con el cliente como prioridad", explica Zettelmann.
Innovación: ¿por dónde empezar?
Uno de los errores comunes es pensar que la innovación comienza con una idea disruptiva. Sin embargo, Zettelmann señala que el verdadero punto de partida es la cultura organizacional. "Si la cabeza de la empresa no impulsa la innovación, difícilmente se extenderá a toda la organización. La innovación necesita liderazgo, recursos y un ambiente que fomente el pensamiento creativo y la experimentación", aclara.
Además, su libro Commanding Innovation ofrece una guía práctica para que los CEOs puedan gestionar la innovación de manera efectiva, con herramientas online y ejemplos concretos para implementar estrategias innovadoras en cualquier tipo de empresa.
¿Qué significa esto para tu empresa?
La introducción de la ISO 56001 abre una nueva oportunidad para que las empresas no solo hablen de innovación, sino que puedan gestionarla de manera estructurada y certificable. Esto es particularmente relevante en un contexto donde las empresas que no innovan corren el riesgo de quedarse atrás en mercados cada vez más dinámicos.
"El desafío ya no es solo mejorar la calidad de los productos o servicios, como lo aseguraban las ISO 9000. Ahora, el reto es innovar de manera constante y hacerlo con una metodología clara, que pueda ser evaluada y certificada", concluye Zettelmann.
Empresas de todos los sectores y tamaños que buscan mantenerse competitivas deben comenzar a prepararse para integrar esta nueva norma y hacer de la innovación una competencia clave dentro de su ADN corporativo. Porque en la economía del siglo XXI, la capacidad de innovar no es solo deseable, es imprescindible.