En el currículum de Valeria Micheloud figura: licenciada en recursos humanos, coach y mamá de 3 niñas (un par gemelas). Por la mañana trabaja en el área de clima laboral del Poder Judicial, por la tarde en su consultora de orientación vocacional y en su nuevo emprendimiento: Espacio Libelle.
Por su actividad y la “calle” se fue encontrando con mujeres que después de ser mamás abandonaron progresivamente sus actividades profesionales y sociales. También observó que con el tiempo esa situación afectaba la relación entre madres e hijos.
“No tengo tiempo, porque me sale más caro el transporte o la niñera. Lo escucho muy seguido y esa es la excusa. Entonces se quedan en sus casas buscando a sus hijos, trayéndolos y llevándolos a cumpleaños y actividades. La mamá se queda en ese rol, para mí antiguo, de que debemos estar a cargo de la crianza de nuestros hijos solas. Y parece que lo que queremos hacer no tiene tanta importancia como lo que quiere hacer un hombre”, comenta Micheloud.
Por su consultora ella necesitaba un lugar dónde mantener reuniones con sus clientes y en el que también pudieran estar sus niñas. Así fue que el año pasado adquirió una propiedad (en Av. Gauss 5936, Villa Belgrano), este año comenzó la remodelación y en octubre inauguró Libelle, un espacio de contención para que las mamás puedan hacer lo que les gusta sin dejar a sus hijos: desde desarrollar un emprendimiento, asistir a una capacitación o a yoga.
Desde su apertura ya han dictado talleres de oratoria, orientación vocacional, automaquillaje, y todos los martes yoga. ¿Lo que viene? Talleres de sublimación, experimentación visual y redes sociales. En diciembre llevarán a cabo un showroom de mamás emprendedoras.
¡Y siempre podés ir con los más peques! Para ellos tiene una casita del árbol (que diseñaron las hijas de Valeria) y una persona a cargo que los cuida mientras mamá aprende o emprende.
A futuro, Micheloud proyecta construir otra sala para desarrollar actividades exclusivamente para los infantes (que incorporen la inteligencia emocional y la búsqueda de talentos), una cafetería “familiar” (cuya administración quedaría en manos de terceros) y un showroom.
“Muchas mujeres sufren violencia y muchas veces se quedan con sus parejas porque no tienen independencia económica. Ahí quiero aportar mi granito de arena e impulsar emprendedoras, transformar la cultura y el rol de la mujer madre. Los hijos repiten modelos en sus casa, debemos criar hijas fuertes emocionalmente con herramientas para buscar desarrollar sus propios talentos. Deseo generar oportunidades a mujeres que necesiten generar ingresos”, concluye.