Bridge The Gap surgió en 2017 con un grupo de consultores que invita a una nueva forma de pensar las organizaciones: con entornos inclusivos y saludables, que fomenten la equidad de género y diversidad para lograr cambios.
La consultora trabajó y trabaja mucho sobre género pero este año incorporó el modelo de 10 diversidades.
“La diversidad también es una manera de alcanzar mejores innovaciones en las compañías. De hecho las empresas con diversidad étnica, género y generacional pueden llegar a ser hasta 7 veces más innovadoras”, explica durante la presentación online del modelo Cintia González Oviedo, CEO Bridge The Gap.
Y no solo eso, según el último estudio (2019) de la Organización Internacional del Trabajo sobre los beneficios de la diversidad, se llegó a que el impacto de la inclusión acarrea un 60% de probabilidades de mejorar la rentabilidad y productividad.
Veamos en qué consiste el modelo de las 10 diversidades
Se trata de un abordaje que contempla y trabaja sobre 10 dimensiones y permite “diagnosticar” la situación de cada empresa sobre la diversidad en cultura, comunicación, políticas y procesos. Así detectan las áreas que requieren de intervención.
Cómo está compuesto el “mapa de la diversidad”
Actualmente las empresas que trabajan con diversidad incluyen orientación sexual e identidad de género, discapacidad y generaciones. Sin embargo algunas personas son excluidas por otras cuestiones. Veamos cuáles son las 10 diversidades:
- Orientación sexual e identidad de género
- Etnocultura
- Pluralidad religiosa
- Diversidad funcional
- Género
- Generaciones
- Heterogeneidad socioeconómica
- Aspecto físico
- Diversidad de pensamiento y opiniones
- Salud
El caso de Naranja
Este año la empresa cordobesa decidió trabajar la diversidad. Un equipo de la compañía planteó el tema y conformaron un grupo interdisciplinario para formarse y abordarlo. Luego conocieron a Bridge The Gap y comenzaron a trabajar en conjunto.
“Para nosotros el mapa de las 10 diversidades tiene muchos de los aspectos que necesitamos entender y sobre los cuales nos tenemos que formar, para después abordar o hacer cambios sustanciales. Pero desde una conciencia de que lo que estemos proponiendo tenga un sustento”, señala Romina Ruffino, gerenta de Comunicación Interna y Cultura de Naranja.