La pandemia y el inminente cierre de fronteras argentinas hicieron que Sofía quisiera adelantar el fin de sus vacaciones. Lejos de eso, tuvo que prolongar su estadía en Cancún varios meses, hasta conseguir lugar en uno de los vuelos de repatriación.
“A principios de abril me comuniqué con la embajada argentina y me informaron que la única vía posible para volver al país eran los vuelos de repatriación de Aerolíneas Argentinas”, cuenta a InfoNegocios, y detalla: “Pasaron varios meses hasta que conseguí pasaje. Éramos muchos los que estábamos en el extranjero y lógicamente se le dio prioridad a los grupos de riesgo. Recién conseguí salir de México el 31 de Julio”.
Sofía pagó US$ 600 por el aéreo desde Cancún a Ezeiza. Actualmente en su sitio web, AR vende este mismo tramo a la mitad de ese precio ($ 30.000), con fecha de noviembre.
El viaje duró cerca de 11 horas; todos los asientos estaban ocupados y la única medida de “distanciamiento social” fue el uso obligatorio de barbijos. “No nos dieron ni desayuno, ni almuerzo ni cena por `protocolo´; el voucher que compramos decía que esas comidas estaban incluidas” destaca Sofía.
Ezeiza, ¿un colador?
Para poder viajar, el gobierno argentino no le exigió a Sofía los resultados de un RT-PCR, ni le realizaron un hisopado al llegar a Ezeiza.
Además, según cuenta, al arribar la situación fue muy distinta para quienes tenían la capital como destino final: “Los de Buenos Aires se pedían un taxi y se iban, y a los del interior nos mandaron a esperar los colectivos”.
El COE y 14 días de cuarentena “de prepo”
A lo largo de los casi 4 meses de espera para su regreso, Sofía no fue contactada por el COE local ni nadie del gobierno cordobés. “Toda la información que recibimos sobre la situación para volver a la provincia fue por conocidos que estaban en la misma. Cuando consultamos en la embajada, tampoco pudieron brindarnos respuestas al respecto”.
Al llegar a la Terminal de Ómnibus de Córdoba, los pasajeros finalmente fueron hisopados. Allí mismo se les informó -por primera vez y 7 horas después de que arribaran- que no podrían volver a sus casas, sino que deberían realizar 14 días de cuarentena en el hotel Novum (Salta 579).
Sofía también se queja del estado de los alojamientos que les han asignado. “Las habitaciones del hotel son sumamente pequeñas. El internet no funciona bien y no podemos trabajar a distancia; a muchos tampoco les anda la calefacción. No se pueden abrir las ventanas porque hay murciélagos que viven en el taparrollos, y varios recibieron las habitaciones sucias y con cosas rotas”.
Como si esto fuera poco, el COE sigue sin dar respuesta: “Llamé al 0800 y me respondieron que no me estaba comunicando con el COE sino con el call center del COE. No saben cuándo llegarán los resultados de mi hisopado, porque los laboratorios están saturados, y dicen que aunque me de negativo no me dejarán ir”.
Sofía resalta: “El hecho de que estemos mal y no podamos trabajar no tiene nada que ver con la cuarentena o con la pandemia, tiene que ver con la inoperancia e insensibilidad de nuestros gobernantes”.