Río Primero se caracteriza por la gran cantidad de emprendedores y artesanos que se cuentan entre sus vecinos, y la Feria Emprende-Río, impulsada por el Gobierno Municipal, permite que los mismos tengan un lugar para exponer y comercializar sus productos. Y además, la propuesta municipal propicia que toda la comunidad conozca los diferentes proyectos que se realizan en la localidad, siendo una gran vidriera ante los visitantes locales y de la región que participan cada mes del evento.
Así es como conocimos a Miriam Aubrit, de Del Mar Tejidos, quien comentó que lleva 43 años tejiendo, a crochet y a dos agujas también. Con tanta trayectoria ya perdió la cuenta de la cantidad de prendas realizadas, no solamente en la localidad sino también en la zona. Miriam realiza sus trabajos a pedido, por menor pero también por mayor.
En ese sentido es que comentó que desde hace 18 años trabaja para la Feria de Artesanos de Villa Cura Brochero, donde llegó por una amiga y aún siguen solicitando sus prendas para comercializar a los visitantes que llegan desde todo el país.
“Normalmente lo que más me piden son prendas de invierno y ropa de bebé, y a esta altura todo lo que me pidan lo hago”, afirma la mujer que fue puliendo las técnicas a través de los años.
Para los pedidos por mayor, reconoce que trabaja a contrarreloj, enviando todo por encomienda.
Sólo ella hace los tejidos lo que la lleva a pasar días enteros dedicada a su arte. “Vivo sola asi que eso me da la libertad de dedicarle todas las horas que sean necesarias. Por lo general empiezo a las 6 de la mañana hasta las 13h, después descanso un ratito y almuerzo, y a las 4 de la tarde arranco de nuevo hasta las 12 de la noche”, detalla sobre su arduo trabajo.
A Miriam se le ilumina la mirada cuando le consultamos cómo aprendió a tejer, es que en ese momento viene a su mente el recuerdo de su abuela que fue quien le prestó las primeras agujas cuando tan solo tenía cinco añitos.
“Me gustaba tanto tejer que mis padres viendo eso me mandaron a un colegio en Córdoba donde enseñaban, y a los 13 años me recibí de profesora. Desde entonces y hasta ahora que tengo 60 no dejé nunca de tejer”, relata con emoción afirmando que para ella “es una pasión”.
Después de observar cada una de las múltiples prendas expuestas y de conversar con Miriam, reflexiona: “En este momento como está la situación, es un privilegio poder vivir de lo que a uno le gusta. Eso para mí es lo más importante”, puntualiza la mujer que demuestra que cuando uno ama lo que hace, el trabajo se disfruta todo el tiempo.