Para los sociólogos Jesús María es un festín, un “algo más” que abre el calendario para las otras ciudades cordobesas que quieren emular el primer gran éxito festivalero del verano. “Córdoba es tierra de Festivales, es un gran motor para el turismo provincial”, había dicho un día antes de la inauguración, en su visita, el gobernador Juan Schiaretti.
“Estamos felices de lo que se generó en esta edición, la comisión trabajó para esto, la expectativa para la comisión organizadora se ha cumplido” dijo Juan López, presidente del Festival.
Algo cauteloso hasta tener todos los números de la edición, la máxima autoridad brindó en la madrugada del lunes una conferencia de prensa donde dejó entrever satisfacción y trasladó un especial agradecimiento a la comisión que lo acompañó.
Cuando aún falta contabilizar la noche extra del lunes 16 que tendrá a las estrellas juveniles Emilia Mernes, Rusherking, La Bresh y Chipote, el Festival llevan vendidas 216.916 entradas según datos oficiales de prensa y la de hoy los números podrían alcanzar el récord histórico.
La ciudad de 40.000 habitantes recibió a unas 300.000 personas entre turistas y trabajadores eventuales que llegaron para ser parte de la gran fiesta.
El evento es organizado por una Comisión ad honorem formada por padres y docentes de veinte cooperadoras escolares, beneficiarios de los réditos del Festival, para hacer de cada noche un éxito trabajan un año para ver resultados positivos.
El Municipio monta una fiesta paralela afuera, feria callejera con venta de todos tipo de productos, desde los artesanales hasta ropa y juguetes, escenarios gratuitos en diversos puntos de la ciudad y se habilitan peñas tradicionales y la variante peña boliche suman para entretener a quienes no logran ingresar y optan por quedarse del lado de afuera del anfiteatro.
La receta
- Es una fiesta popular familiar: la diversidad de públicos hace a la gran masa, llegan muchas familias incluyo con niños pequeños que ingresan desde temprano atraído por conseguir lugar en las gradas y ver cómodos el espectáculo.
- El espectáculo es variado: el folklore y la jineteada son la base de una permanencia de cincuenta y siete años pero los organizadores olfatean y estudian a su público sumando atractivos a cada jornada. Destrezas y exhibiciones con caballos en el campo, artistas de otros rubros como el trap y el cuarteto hacen a la multiplicidad de gustos y la coexistencia de públicos.
- La conservadora: suma a la recaudación y ayuda al bolsillo del espectador. Muy pocos eventos de la provincia permiten que el público ingrese con su propia bebida y comida, desde hace unos años la heladerita familiar es uno más en el grupo paga entrada pero sigue siendo rentable llevarla llena de bebidas alcohólicas, gaseosas y hielo.
- El fin solidario: a Jesús María se lo respeta por su origen, con vecinos involucrados con la educación regional que pensaron en un evento común que uniera a las veinte escuelas existentes 58 años atrás en la región, un terreno baldío, un acoplado y un equipo de sonido con pocas luces fueron los comienzos; al año siguiente ya había anfiteatro. Desde entonces el 50% de las ganancias van a las veinte cooperadoras de escuelas públicas y de gestión semiprivada donde estudian más de diez mil niños y jóvenes.
- Los trabajadores y colaboradores: para atender a unas veinte mil personas, noche a noche trabajan unos seiscientos colaboradores ad honorem, son padres, docentes y exalumnos de las escuelas beneficiadas, se suman vecinos en su mayoría de la ciudad y algunos que llegan de otras ciudades a trabajar para que el espectador reciba la mejor atención, encuentre el lugar cómodo y limpio.
Córdoba tiene alrededor de ochocientos festivales registrados a lo largo del año con un 60% que se hacen entre diciembre y febrero. Jesús María tiene uno de los más convocantes hasta el momento y seguramente en de mejor relación precio, horas de espectáculo y oferta en escenario y campo, la fórmula clave que hace al éxito del evento.