Hay dos clases de revestimientos que impiden la adherencia de los aerosoles y afiches.
Se aplican como protectores, es decir, antes de que se produzca el vandalismo.
Una opción es el barniz transparente que se llama pintura antigrafitis permanente, forma una película brillante de alta resistencia que al sufrir una pintada se limpia manualmente con trapo con thinner. Cuesta $ 1.100 la lata de 5 litros y rinde 30m2 de frente. Sólo hay que tener en cuenta que al año o a los seis meses se debe volver a pasar una mano a modo de mantenimiento y más aún si la pared ha sufrido varias limpiezas.
La otra protección se conoce como pintura antigrafiti sacrificable, es también transparente a base de ceras emulsionadas en agua que preservan el color y textura original del frente. Cuesta $ 300 la lata de 4 litros y rinde 25m2. La diferencia con el anterior es que en caso de ser “atacado” se remueve el grafiti con agua tibia y cepillo de cerdas duras y en esa limpieza también se remueve la pintura por eso es necesario pasar una nueva mano del producto en la zona. A las 4 horas se obtiene la máxima protección.
A su vez, para las superficies no protegidas ni pintadas, se indica removedor en gel (la lata de 4 litros cuesta $ 186). En cambio para superficies pintadas pero no protegidas la única opción es repintarla por completo, de lo contrario se forma una mancha peor cuando intentamos quitar el grafiti.
Asesoramiento Pinturería Rex.
Brigada anti-grafitis ¡al rescate!
(Por Sara Bongiovanni) Si el frente de tu casa o edificio es presa fácil de las pintadas, el mercado ofrece desde hace poco pinturas protectoras antigrafitis, que se pueden aplicar en cualquier superficie: metal, hormigón, madera, mampostería, mármoles, cerámicos, baldosas graníticas, porcelanato. Básicamente, evitan que la pintura sintética de los aerosoles se adhiera y a su vez, facilitan removerlo sin dejar rastros.
También, vienen limpiadores en gel para paredes sin ninguna protección.