Días atrás retiraba un impecable A3 negro, en su versión 2.0 TFSI (200 CV), Sportback (5 puertas), full por sí mismo, y con algunos opcionales. Felipe Seia, de Maipú me recomendaba: “Disfrutalo, es un muy buen auto”.
Hacía un par de meses Audi Argentina me comunicaba que probaríamos un A3 2 litros, con lo cual la expectativa era grande, y esto suele jugar en contra, aunque el resultado fue positivo.
El A3 fue presentado en 1996 y esta segunda generación mantuvo el patrón estético, a pesar de importantes cambios. Y con el último paso por el botox, reciente, luce muy atractivo. Tengamos en cuenta que estamos evaluando un A3, no un R8 ni un TT, y sin embargo, el A3 se roba todas las miradas a su paso. Es cierto, ayudan sus llantas deportivas de 16”, su baja altura y las luces de leds y xenón.
Diseño clásico, muy alemán, en su interior. Materiales de calidad y muy buena terminación, esperable en un auto que supera los US$ 40,000.
Excelente disposición de comandos, volante deportivo forrado en cuero, climatizador de 2 vías, butacas en Alcántara y cuero, de excelente sujeción. Posición de manejo baja que apenas complica el egreso del habitáculo.
Color oscuro predomina puertas adentro. Buen espacio interior. Nuestra versión contaba con techo solar Sky Dome, doble, el delantero con apertura eléctrica. Radio CD Symphony II Bose, con cargador para 6 CD´s y sonido excelente. También Bluetooth.
Caja de 6 velocidades, que en conjunto con un elástico motor hacen maravillas. Hemos circulado en 2ª a 6500 rpm y también en 6ª a 1500 rpm (con un consumo mísero) y en ambas –totalmente opuestas- situaciones la respuesta es impecable, sin tironeos y con reacción contundente. El motor es impecable, pide más acelerador permanentemente, y si no estamos atentos al velocímetro, llegamos a 140 km/h sin darnos cuenta. Absolutamente silencioso, solo a altas rpm un impecable sonido deportivo. La dirección variable Servotronic otorga absoluta docilidad en ciudad y gran seguridad en ruta.
Hicimos el habitual trayecto en las Altas Cumbres, y en sectores trabados y en bajada, la tenida es asombrosa. Y con un plus: si bien tiene ESP (Control de Estabilidad), en asfalto no necesita controlar la situación frecuentemente. La dinámica del auto es muy buena y dobla realmente muy seguro, aún sin su intervención.
En tierra –lógicamente- la cuestión cambia y el ESP permite doblar en curvas cerradas muy seguro, cortando la inyección al detectar derrape, en conjunto con el Control de Tracción. Frenos a disco en las 4 ruedas con ABS.
La visibilidad no es tan buena, aunque mucho tiene que ver la posición de manejo –muy baja- que siempre elegimos cuando se puede regular la altura de la butaca.
Suelo comentar que, más allá del análisis en detalle de los parámetros de un determinado modelo, hay autos que nos dejan su huella y otros que, aún muy eficientes, olvidamos rápidamente.
Y este A3 2.0 TFSI es altamente adictivo, y lamentablemente ayer tuvimos que devolverlo tras casi 1000 km de recorridos y exigencias.
¿Qué no me gustó?
Hilando fino, la caja resultó más lenta que el motor, los mandos de levantavidrios están muy cerca y obligan a flexionar mucho el brazo, y el forzador de aire podría ser más silencioso.
En el caso de Audi, y otras Premium, hablar de precios exactos es relativo porque son muy configurables, no hay versiones “base” y “full”. De todos modos, este A3 Sportback 2.0 T tiene un precio de “lista” de US$ 44,500, aunque el “nuestro” es más caro por algunos opcionales equipados. Garantía de 2 años, que podría –a esta altura- ser por lo menos de 3.
Audi A3 2.0 T Sportback (probamos el Premium chico de Audi)
(Por José Manuel Ortega ) No habíamos probado Audi aún en InfoAutos. Por eso, estos casi 1.000 km a bordo del A3 sirvieron para evaluar calidad y prestaciones del chico de la marca (ahora con un hermano menor, al A1).