Royal Philips el conocido líder en tecnología de la salud a nivel mundial, hace 5 años consecutivos que viene llevando a cabo “paneos” generales de los patrones de salud que las personas tienen. En este caso, hablamos de los resultados de su 5º encuesta mundial anual sobre sueño.
Con el nombre de “Wake Up Call: Global Sleep Satisfaction Trends” (Llamada de atención: Tendencias mundiales de satisfacción con el sueño) Philips encuestó a más de 13.000 adultos en 13 países, recopilando actitudes, percepciones y comportamientos en torno al sueño. Los resultados de este año muestran que la satisfacción global con el sueño sigue siendo baja, y que la preocupación/estrés, las relaciones y el uso del teléfono celular se informan como inhibidores clave del sueño.
Un enemigo cotidiano
Del total encuestado, 49% afirma que están satisfechos con su sueño, lo que nos deja un 51% que claramente duerme mal, siendo el estres el factor más limitante de una buena noche de sueño (33%).
Lo que es aún más preocupante es que en 2020 son menos las personas que buscan generar hábitos o estrategias de seguimiento/mejoramiento del sueño, tan solo un 10%. Por ejemplo, la lectura antes de ir a la cama fue la estrategia más popular utilizada para mejorar el sueño en 2019 (39%), pero solo el 28% de las personas reportan haber leído para mejorarlo en lo que va del año.
Ante la “floja” predisposición de la gente, Mark Aloia, PhD y Líder Global de Cambio de conducta, sueño y cuidado respiratorio de Philips alerta que “La disminución de las personas que toman medidas para mejorar el sueño es alarmante, especialmente cuando está claro que la gente en todo el mundo valora profundamente el sueño. El déficit de sueño afecta a las personas tanto mental como físicamente, por lo que necesitamos educar a las personas sobre los recursos disponibles para el sueño y darles la confianza de que sus esfuerzos darán sus frutos”.
Los problemas también son de a dos
Si bien el estrés es uno de los más importantes, también hay ciertos factores a la hora de compartir cama con alguien con un 36% de personas con pareja (o cónyuge) que afirman en que a veces duermen separados (dada la imposibilidad de conciliar el sueño) y el 30% afirma en que la dificultad para dormir (sea la propia o la de su pareja) afecta la relación.
A pesar de las recomendaciones de los expertos, casi cuatro de cada diez informan que usan sus teléfonos justo antes de dormirse (39%) o tan pronto como se despiertan (39%).