La pandemia cambió las prioridades de las personas de la noche a la mañana, debiendo obligadamente adaptarse al home office y por consecuencia chequear el estado de sus computadoras.
Ante esto, se ve que muchos usuarios se dieron cuenta de que tocaba actualizar componentes y se volcaron rápidamente a comprar lo necesario, sobre todo los discos SSD, el formato “sucesor” de los clásicos discos duros (HDD), que tuvieron un salto en ventas del 58% en el mercado argentino.
El dato sale de nada más ni nada menos que Kingston, uno de los principales fabricantes de memorias en el mundo, que mes a mes realiza un estudio de mercado y que vio cómo su familia de SSD tuvo tal repunte durante la pandemia.
Los precios, el principal atractivo
Así lo asegura Geraldine Stack, Business manager de SSD y CKT de Kingston para América Latina, comentando que “la familia SSD de Kingston cuenta con precios muy competitivos, hoy se puede mejorar de forma radical el rendimiento de un equipo con una muy baja inversión”, y además precisa que “cuando el upgrade se realiza sobre una notebook, además de la performance se gana mayor autonomía de la batería, ya que el SSD consume hasta 10 veces menos que el disco mecánico, sin contar la robustez y tranquilidad al usuario que brinda al ser mucho más resistente a golpes y vibraciones”.
Por su parte, Jean-Pierre Cecillon Regional director SSA de Kingston indica: “Varios factores confluyeron para este resultado expresivo. A la tendencia natural de sustitución de los discos rígidos tradicionales por los SSD, se sumó la aceleración de compra de notebooks tanto por los estudiantes como por los profesionales en general –indicó–. Un gran volumen de estas notebooks necesitaron el upgrade de memoria y SSD para tener el rendimiento esperado por los usuarios. Si a eso le sumamos que los productos importados se benefician con un cambio más barato, la tentación de realizar el upgrade de inmediato aumenta”, detalla Cecillon.
Un salto que ni en Kingston esperaban, ya que a principios de este año la marca estimaba un repunte del 20% en comparación a 2019. “El modo de trabajo ha cambiado mucho, se requiere de trabajo en casa, trabajo móvil. La durabilidad de un disco duro es limitada, el ssd es resistente, no tiene partes móviles, no hay forma de que se rompa. Está muy apto al estilo de vida y trabajo de hoy que es móvil”, resume Stack.