Las cookies son palabra controvertida en los tiempos que corren, siendo una de las cosas de la vieja internet que ha sabido traspasar todo el dilema de privacidad que los usuarios reclaman hoy en día. Así lo fue hasta ahora, pero parece ser que Google ya le hizo la cruz a esta herramienta vital para la publicidad online.
Y es que para 2022 su navegador Chrome comenzará a bloquear cookies de terceros, evitando así que empresas no puedan rastrear ni almacenar datos personales.
Pero antes de seguir ¿que es una cookie? son fragmentos de código que se alojan en los navegadores de las personas y “las siguen” en la web a través de su navegación. Su relación radica en que la cookie permite guardar determinada información, y ésta -correctamente segmentada vía minería de datos- permite la toma de decisiones por parte de las compañías.
De este modo, no es de extrañar que pese a fanáticos y detractores de las cookies, el hecho de su pronta extinción –a priori- parece tener desesperada a la industria, ya que según Silvio Pestrin Farina, fundador y CEO de The Cyprinus, esta modificación va a cambiar al sector publicitario de raíz. “Será un fuerte sismo en la industria, ya que las cookies son una herramienta clave utilizada por los anunciantes para rastrear a los posibles clientes a medida que navegan por internet. El hecho de que Chrome (el navegador más usado del mundo con un marketshare del 64%) las está eliminando, supondrá para las agencias digitales la búsqueda de nuevos canales para la captación de clientes”.
Y los datos lo respaldan, con un informe del Interactive Advertising Bureau -IAB-, que estima que la práctica publicitaria de segmentación a través de anuncios dirigidos a nivel mundial representa una inversión de más de U$S 300.000 millones. Pero a no desesperar, ya que Google se encuentra estudiando la sustitución de cookies por medio de un sistema alternativo llamado FLoC (Federated Learning of Cohorts), basado en el agrupamiento de intereses similares por parte de usuarios, sin puntualizar en una persona en concreto, una opción “más segura y democrática” a la hora de obtener datos de las personas.