En el mejor de los casos, a nivel mundial, las ventas en ecommerce de las marcas de lujo llegan al 10% del volumen total, sin embargo se cree que es uno de los sectores que más fuerte trabaja para conseguir mejorar esos resultados en el mediano plazo.
Por otro lado, informes indican que el 15% de las ventas en puntos físicos se generan desde medios y canales digitales y la mitad de las mismas desde dispositivos móviles.
Las marcas de lujo están sufriendo el tsunami del ecommerce principalmente por miedo a arriesgar, por lo general son marcas de gran estructura que tienen largos procesos para la toma de decisiones y eso juega en contra en un ámbito tan dinámico y ágil como las ventas online.
Cuando ese proceso se demora, la implementación llega tarde para las necesidades de los consumidores; o peor aún les impide marcar tendencias como lo hacen en sus canales tradicionales de venta.
También es una realidad que los medios facilitan o tienden a poner de igual a igual grandes marcas o empresas con pequeños emprendimientos y eso es una gran oportunidad para estos últimos pero un desafío difícil de sortear para los primeros.
Lo cierto es que las marcas de lujo siguen apostando fuerte a las ventas online porque saben que de ello depende el futuro. La experiencia de usuario en internet es cada vez es más rica y ofrece más posibilidades, si a eso le sumamos la aparición del Internet de las cosas seguramente en corto plazo veremos grandes acciones desde el sector.