El año que se fue nos brindó la posibilidad de presenciar la aparición de una nueva categoría en el mercado informático: las tablets, sobre las cuales existen dos tipos de augurios a cerca de su rol en un futuro de mediano plazo (unos cinco años vista). Hay quienes sostienen que serán adquiridos y utilizados como una especie de complemento de las categorías de dispositivos que hoy conocemos, de ser así contaremos con smartphones, tablets, laptops (notebooks) y desktops (pcs de escritorio), cada uno de ellos cumpliendo un rol de acuerdo a nuestras necesidades como usuarios. Claro que es difícil trazar las fronteras en los campos de utilización de cada uno de ellos. De hecho ya hoy vemos cómo por ejemplo, en el acceso a mails y redes sociales, se está masificando el uso de teléfonos inteligentes, mientras hay muchos usuarios que ya han dejado de lado la pc de escritorio y solo cuentan con una notebook, pero también cobran cada vez más fuerza las all in one, potentes como cualquier desktop y fáciles de trasladar como las más voluminosas de las notebooks. Es decir, el solapamiento entre categorías es cada vez más notorio.
Muy probablemente este fenómeno es el que lleva a pensar a otros analistas como Ranjit Atwal, de la consultora Gartner, que las tabletas y los smartphones "ya no serán complementos", sino "sustitutos" de las laptops. Esto supondría que se transformen en los dispositivos móviles por excelencia y que entonces notebooks y netbooks tendiesen a desaparecer.
Mientras observamos cual de las dos tendencias se impone finalmente en el mercado, durante este 2011 veremos a las tablets apareciendo con su interesante porción en la torta general de ventas de dispositivos informáticos a nivel global.
En nuestra región la adopción de este tipo de dispositivos de un modo más masivo no solo dependerá de la evolución de sus precios (que siempre tienden a descender), sino también de una mejora notable en la performance de las redes 3G que venimos usando (y padeciendo) para acceder a internet móvil. Porque si bien es cierto que tanto en Argentina como en Chile y Uruguay ya se habla y se hacen pruebas con redes 4G (tanto en LTE como WiMax), para que realmente estén instaladas y masivamente disponibles, aún habrá que esperar algunos años. De modo que mientras tanto tenemos derecho a esperar que las redes que hoy utilizamos mejoren en cobertura y velocidad de transmisión de datos ya que lejos estamos de llegar al techo de sus posibilidades técnicas. Esto demanda lógicamente una mayor inversión en infraestructura de parte de las operadoras de telefonía.
El otro ámbito en el cual veremos seguramente avances importantes en nuestros países es el relacionado con la TV digital (TDT), con una mayor oferta de señales transmitiendo y llegando a una cada vez mayor cantidad de ciudades. En este sentido la adopción por parte de Uruguay de la norma japobrasileña (ISDB-T), hará que este país se sume rápidamente a las experiencias que ya se están realizando el resto de Sudamérica.
Sin lanzamientos revolucionarios a la vista, 2011 podría ser un año de crecimiento y consolidación de las tecnologías que hoy conocemos y disfrutamos.