Comprar por Internet no es la única utilidad que tienen los pagos online. Existen cientos de formas de usar los servicios de las pasarelas de pago online, que facilitan guardar, solicitar, pagar, recaudar, compartir y reunir dinero en una forma más simple, fácil y segura. Todos los días nos sorprendemos con los nuevos usos que los usuarios le dan a estas herramientas. Además, el hecho de poder usarla desde el teléfono móvil, ha ampliado aún más el horizonte. Los pagos sociales son una de las últimas tendencias en las que MercadoPago se ha enfocado, inspirándose en amigos, familiares o compañeros de equipos que necesitan compartir, dar, recibir y transferir dinero en una forma más confiable y rápida.
Pero esto no es lo único que desde MercadoPago buscan perfeccionar en el día a día. Según un estudio realizado por Ipsos en el 2015, el 46% de los latinoamericanos –y el 65% de los argentinos- ya suelen pagar sus gastos de manera online: servicios del hogar, turismo, educación, indumentaria, cupones de descuento, juegos y tickets suelen ser los rubros más frecuentes. Y para que la experiencia de compra online sea efectiva, es clave que el proceso de pago acompañe y sea su facilitador.
Paula Arregui comparte a continuación otras de esas cientos de ocasiones de uso en las que las personas ya están usando los pagos online.
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Redes sociales. Los botones de pago en Facebook y otras redes sociales se han multiplicado en páginas de empresas, marcas y tiendas. Incluso es posible donar en las campañas solidarias y aprovechar esa sinergia social para conseguir donaciones para ONGs o personas en situación de emergencia, a sólo un clic.
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Ferias y congresos. ¿Saliste a correr sin efectivo y te tentaste con algo para comer? En Buenos Aires Market, por ejemplo, no te vas a quedar con las ganas si ofrecés pagar con la billetera electrónica. Incluso en algunas ferias itinerantes y de productos gourmet, el boca a boca entre los productores hizo que muchos acepten este medio de pago, que además es conveniente y seguro para ellos.
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Organización de fiestas y eventos. En países como Estados Unidos, uno de los usos más frecuentes de los pagos online son las fiestas estudiantiles, que suelen reunir a decenas de jóvenes. Algunos compran la comida, otros la bebida y así la ecuación se va complejizando, por lo que organizan un “grupo de recaudación” en línea. Allí, los participantes aportan su parte y quienes hicieron las compras recuperan lo invertido. Todo en una plataforma transparente donde también pueden subirse fotos y hasta armar en conjunto la lista de temas que sonarán en el evento. Servicios como este están muy próximos de aparecer en la Argentina.
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Deportes entre amigos. Para cualquier deporte compartido, siempre está el que paga la inscripción al torneo en nombre de todo el equipo. Cobrarle al grupo es ahora mucho más fácil enviando una "Solicitud de Dinero" desde la aplicación mobile de MercadoPago.
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Grupos de padres. En algunas salas del jardín o del colegio ya no se junta dinero físico para regalos de las maestras. Uno de los padres comparte la solicitud de pago al grupo de WhatsApp y todos, cada uno desde su teléfono, envían su parte a la cuenta de quien se encargará de la compra.
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Juntada con amigos. También los chicos pueden juntar la plata con la app sin preocuparse del cambio para devolver la plata al que se ocupó de la compras de una reunión o asado, o si planearon un viaje con amigos, con la app pueden cerrar cuentas según quién se ocupó de la nafta, peajes, supermercado, etc.
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En un recital. Las bandas juveniles o aquellas que ya tienen cierto recorrido suelen cobrar las entradas en el mismo lugar del evento. Incluso, muchas se presentan a “la gorra” y venden los CDs mientras tocan. Ahora, un cartel con código QR puede ser escaneado por los fans para abonar el ingreso o colaborar con la difusión de su música favorita.
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Una emergencia. A Paula hace unos meses le sucedió que uno de los profesores de su hijo sufrió un incendio en su casa y perdió parte de sus pertenencias. Organizaron entre todos los padres una colecta por correo electrónico y mensajes de texto y las donaciones comenzaron a llegar: en sólo dos días se juntaron $12.000 y pagaron todo con el mismo saldo disponible en la billetera electrónica.
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Pagar el taxi sin efectivo. Algunos “adelantados” de Buenos Aires y otras ciudades del interior tomaron la decisión de no quejarse nunca más por la falta de cambio y los billetes de $ 100 en viajes cortos. En cambio, junto a su nombre que cuelga del asiento delantero, su dirección de e-mail invita a pagar a través de MercadoPago. Es una oportunidad para fomentar viajes más largos, porque a fin de mes, el pasajero tiene la chance de pagar con tarjeta hasta el destino final y no hasta la boca del subte.
- Compras por impulso. Comprar una cartera por Internet y enamorarse de una chalina cuando la fuiste a buscar; pagar el mueble pero no el envío; o cambiar el celular y querer aprovechar un descuento en una funda. Son cientos de miles las personas que ya están usando su billetera electrónica al retirar o recibir compras realizadas por Internet. Ante la necesidad de hacer pequeños gastos extra, consumos por impulso, imprevistos o por simple olvido, muchas veces la falta de efectivo podemos suplirla en forma rápida y conveniente, a sólo un click de distancia con la billetera virtual.
Sin duda el abanico de oportunidades es inmenso y día a día más popular. En sociedades como la nuestra resta un poco más de confianza y conocimiento sobre la seguridad en internet y en las mencionadas herramientas de pago pero hay que adaptarse para tener experiencias mucho más ágiles y seguras.