L’Interdit funciona como un catalizador, un facilitador, la llave de la puerta que conduce a la libertad. Un talismán en el camino de la experiencia y el descubrimiento personal.
El diseño del frasco es un homenaje al original de 1957: La perfección de la sencillez. Un objeto que, al igual que la perfección, es absolutamente atemporal y sumamente moderno.
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