“Cuando el río suena… agua trae”, dice el refrán. Y este caso no es la excepción. Se corre el rumor que 2x1 quiere abrir en otros países. Y si bien, no es un proyecto que vaya a concretarse a corto plazo, lo cierto es que sus dueños ya están tramitando la marca en Chile, Uruguay y Paraguay.
“La posibilidad de una nueva boca en el exterior está, aunque aún es lejana; no es fácil desembarcar en otro país con el tema de la mercadería y las autorizaciones requeridas”, explica Antonio Gutta, uno de los socios.
Ejemplo de ello es Chile, en donde la carne es carísima y donde es muy burocrático ingresarla. Si a eso se le suma que la gente allí consume mucho pollo, cerdo, pescado y palta, se vuelve necesario hacerle modificaciones al producto que se vende. Hay que romper los esquemas.
Uruguay, en cambio, es más afín a nuestros gustos y sabores. “El primer paso, que es registrar la marca, está en marcha. Chile parece el destino más próximo (por los interesados) pero puede surgir que venga alguien de otro país antes y se dé de otra forma. Esto es muy dinámico. Nosotros nunca promocionamos para vender, nos buscan porque nos recomiendan”, agrega Gutta.
El plan de negocios es vender la master-franquicia territorial a una persona y que sea esta quien luego la distribuya en ese país. Así es como funciona en Mendoza y así es como piensan desembarcar en la provincia de Buenos Aires (si bien ya cuentan con un local en San Pedro). El franquiciado tiene planeado abrir en Adrogué y de acuerdo a cómo vaya evolucionando, expandirse después a Lanús, Banfield, Capital Federal y la Costa Atlántica. Las perspectivas son muy positivas y la idea es contar con 10 locales en esa región, antes de que termine el año.
En ese caso se arma un centro de distribución, parecido al que existe en la ciudad de Córdoba, donde se almacena toda la mercadería. La materia prima es elaborada en Córdoba y desde aquí se reparte (menos la verdura). El pan, incluso, llega hasta Santa Fe dos veces por semana. El centro de distribución no es propio, pero es exclusivo de 2x1.
“Nosotros vamos, auditamos y le enviamos todo al franquiciado, hasta los uniformes, porque todo está registrado: desde el pan hasta los colores, la frase y el logo,” cuenta Gutta. En las provincias a donde no se envía el pan, se contacta a una panadería y se le lleva la muestra para que lo haga igual. Y, por supuesto, el panadero no puede venderle ese producto a nadie.
Es esa logística (que funciona con la precisión de un reloj suizo) uno de los secretos del éxito de esta marca que lleva tan solo 7 años en el mercado y que ha crecido de una manera vertiginosa, sorprendiendo hasta sus propios dueños y obligándolos a adaptarse permanentemente en lo que respecta a infraestructura, cantidad de empleados y sistematización. El otro secreto es la relación precio- calidad, que es lo que prioriza el consumidor.
En su tiempo de vida, 2x1 no cuenta fracasos. Los socios sostienen que la causa de que algunos locales hayan cerrado o bajado sus ventas, es que los franquiciados descuidaron el negocio. “Nosotros no mentimos. Somos muy frontales. Le damos la verdad a todos: si va a funcionar el lugar o no, les decimos cuál va a ser la utilidad y obvio, hacemos un seguimiento constante”, explica el socio.
En la actualidad la marca se halla presente en toda la provincia de Córdoba, en Mendoza, Entre Ríos, Santa Fe, La Rioja, Jujuy y Chaco. También hay interesados en Salta, Santiago del Estero y San Juan.
El promedio de apertura anual son 10 locales, pero hubo años en que se inauguraron 20 o 25. La explosión se dio al principio, producto de la novedad y de la situación. “Lo importante es que todos los días tenemos entre 3 y 5 consultas. En general, siempre las hemos tenido, por eso primero estamos explotando el país (ahora con la mirada puesta en Buenos Aires) antes de irnos afuera. Todavía queda mucho por hacer acá”, concluye Gutta.