“No es que el aluminio esté barato, sino que desde CCU estamos dispuestos a resignar ganancias a cambio de darles más opciones a los consumidores. Nuestra propuesta de latas es más arriesgada y menos rentable, pero muy conveniente para los consumidores” resume Olivares, gerente general de Cervezas de la empresa.
Desde Quilmes, que con sus marcas tienen un 75% del market share, objetan el paso del envase retornable a la lata, por razones económicas y ecológicas.
Pero CCU dice lo suyo: enfriar una lata ahorra un 15% de energía (¡y es más rápido!), reciclar latas genera un ahorro del 95% de la energía que se usa para hacer una nueva y el transporte de latas genera un 42% menos de emisiones de carbono: pesa menos, usa menos combustible. Y como si fuera poco -remarcan- la lata es 100% e infinitamente reciclable: 98% de nuestras latas vienen de material reciclado.
Hoy, el 90% de los litros de cerveza que se venden al año circulan en envases de vidrio retornable.
“El consumidor comenzó a elegir la lata porque conviene más. A pesar de la caída en el nivel de consumo que está sufriendo la cerveza, nuestra venta de latas creció un 62% en 2015, y en lo que va del año 2016 vendimos el doble de latas de 473 cm3 que el año pasado”, dispara Olivares.
Desde la perspectiva del consumidor, el consumo en lata es tan barato (o cara) por litro que la botella de vidrio, al menos en las marcas que ofrece CCU (no en las de Quilmes, que “penaliza” ese consumo). (Ver en galería de fotos, precios comparativos).
“CCU continúa con decisión su propuesta de consumo de cerveza en lata -resume Olivares-; nos propusimos ofrecer mejores opciones a los consumidores. Encontramos un segmento de mercado con grandes posibilidades y una demanda creciente”.