El Censo Agropecuario 2018 relevó la existencia de 250.801 explotaciones agropecuarias (EAP) a lo largo de Argentina. En ellas viven 732.986 personas, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
El relevo anterior de la vida y la estructura económica del campo argentino fue hace 16 años y en la comparación se desprende que desaparecieron más de 82.600 explotaciones (había 333.533 en 2002).
En el período entre censo y censo se patentizó la concentración de la actividad: la tierra destinada hoy a la producción es similar a la de 2002 pero con menos productores. El CNA 2018 arrojó una superficie promedio de 627 hectáreas -la mayoría produce en campos de 200 a 500 ha-. En el anterior el promedio fue de 520 ha.
Datos generales
-El total de las 250.000 EAP argentinas ocupan una superficie equivalente a 10 provincias de Salta: 157 millones de hectáreas.
-De los 732.000 habitantes 38,4% son mujeres y 61,5% son varones. Hubo 732 sin determinar sexo (0,1%), o como se dice ahora: no binarios.
-Destacado: 20% de los campos están manejados por mujeres.
-Más destacado: unas 2.500 grandes empresas agropecuarias, el 1% de las 250.000 EAP, manejan casi el 40% de las tierras productivas del país.
-En cuanto al régimen de tenencia y uso de la tierra, 69% de las EAP son trabajadas por sus propietarios; 19% corresponden a arrendamientos.
-La mayoría de los productores (54%) son personas de entre 40 y 64 años. Solo 11% son sub-40.
-En el nivel de educación aparece 5% de personas que no saben leer ni escribir (12.630).
Y en Córdoba...
En la provincia se contaron 21.022 EAP en 11,7 mill/ha. Del total, 20.660 tienen límites definidos y son mixtas (agrícolas y ganaderas). También hay 58.217 definidas como ‘parcelas’.
-19.035 EAP cordobesas están explotadas “directamente por el productor o miembros de la sociedad”. En otras 1.000 la gestión es a través de un administrador jurídico.
Agricultura
-La siembra y cosecha ocupa menos de la quinta parte del total de las explotaciones (33.182.639 hectáreas implantadas). Las restantes 124.241.000 hectáreas se destinaron a otros usos.
-Oleaginosas más que cereales. La soja y el girasol fueron sembradas en 38,5% de toda el área agrícola; trigo, maíz, sorgo y cebada, 30,4%.
Ganadería
-La cría de animales se desarrolla en 130.803 EAP.
-En el censo 2002 había en Argentina más vacas que personas (51 millones sobre 44). En 2018/19, el rodeo vacuno cayó a 40.411.905 vacunos. El descenso ocurrió mayormente por la sequía y la crisis del sector de 2009.
-Las ovejas están segundas en importancia: el número de la majada es de 8.625.383. Los cerdos se quedan bastante atrás: la piara nacional es de 3.601.236.
-Hay menos de un millón de caballos (908.288) y más de 2,5 millones de cabras (2.573.681).
Maquinaria
-Si se pusieran en línea las 23.475 cosechadoras censadas -y si fuesen John Deere modelo Serie 6- llegarían desde la plaza San Martín de Córdoba hasta el límite con Santa Fe por la Autopista.
-El ‘fierro’ más numeroso es el tractor (200.069 unidades); le siguen las sembradoras (74.956). Y se contabilizaron 37.778 maquinarias para hacer rollos o cortar las pasturas.
-Un dato novedoso: la cantidad de hectáreas bajo riego son 1.391.074. Y hay 36.296 EAP que adquirieron esta infraestructura.
-Otra novedad: 162.650 EAP utilizaron alguna fuente de energía; de ellas 25.850 tienen paneles solares.
Opiniones
La presentación de los datos preliminares del CNA 2018 se realizó en la sede del Indec en Buenos Aires, en donde estuvieron los ministros de Hacienda y de Agricultura, Hernán Lacunza y Luis Etchevehere, y el director del Instituto, Jorge Todesca.
“Este censo es emblemático para la economía por lo que representa la actividad en la Argentina”, apuntó Lacunza. Etcheverehe remarcó que hace 16 años “nuestro país era otro. Celebro que este trabajo se haya terminado en este gobierno porque es una herramienta indispensable para analizar dónde estamos parados”.
Todesca destacó que “el 91% de los productores explotan sus propias unidades productivas, trabajan y viven en el campo, lo que es una enorme clase media agropecuaria. Este Censo desmintió aquella creencia tan urbana de que el campo está manejado por unas pocas familias aristocráticas o terratenientes. Más allá de la visible concentración que se vive en el sector, y el crecimiento de la superficie promedio, buena parte de esa clase media rural sobrevive”.