Hace rato que la otrora reluciente cartelera del Orfeo Superdomo viene de capa caída. Es más, sus últimos shows internacionales (Cirque du Soleil y Disney on Ice) habrían sido ruinosos.
Para el último trimestre del año solo abrió para Silvio Rodríguez y canceló la presentación del musical Simona del domingo pasado. Nada más hay de aquí a fin de año anunciado.
“Estamos cotizando contratos para 2019”, dicen -minimizando la versión- desde la operación del Superdomo.
Juan Manuel Rodríguez, de Grupo Dinosaurio y vocero de Tati Bugliotti, también descarta el cierre: “No estamos evaluando esa alternativa”, dice.
Tormenta perfecta
Lo cierto es que el Orfeo Superdomo padece un “ataque” en pinzas desde distintas circunstancias:
- El dólar alto aleja (del país y de Córdoba) los shows internacionales que tienen como destino “natural” ese predio, por capacidad y calidad.
- Los artistas nacionales de envergadura que podrían ir al superdomo sienten la recesión: es difícil cortar 3.000 entradas (piso para armar un Orfeo) y esa locación lleva a valores de entradas más altas. “Los artistas también cuidan a su público y tratan de proponer tickets lo más bajos posible”, explican.
- La necesaria “ejemplaridad fiscal” de Grupo Dinosaurio (es gran contribuyente y tiene la Afip en los talones siempre) le quita la “cintura” que tienen los otros dos operadores del sector: Plaza de la Música (una sinfonía de sociedades que juegan afinadamente) y Quality Espacio (en manos del habilidoso Ricardo Taier que asombra a propios y extraños con el manejo de shows “imposibles” en la ecuación económica de otros competidores).
Otros análisis
“No te comás el amague, Iñigo… el Tati está operando un subsidio con este rumor. Sería un escándalo que cierre el superdomo más moderno de la Argentina”, nos dice un conocedor del paño.
Aunque no habló directamente con InfoNegocios, Tati Bugliotti ha comentado entre amigos su idea de dejar de operar el Orfeo. “No hace falta que lo cierre y lo demuela para hacer edificios… a lo mejor lo vende”, dicen otras fuentes cercanas.
Equipo diezmado
Otro dato que corrobora el mal momento del Orfeo (y quizás su eventual cierre) es que el equipo de -al menos- 9 personas, que eran staff estable, quedó reducido a solo dos: la gerente y una contadora. Al resto se les ofreció otros puestos en el grupo y los que no aceptaron fueron indemnizados con todas las de la ley.