El conflicto entre Monsanto, productores y el Estado argentino tuvo una nueva escalada la semana pasada tras el comunicado de la multinacional de que revisaría sus planes de negocios en el país. El tema se enmarca en la pulseada que Monsanto mantiene con las entidades de productores argentinos, que rechazan el sistema de control compulsivo de su cosecha de soja montado por la empresa para detectar la soja intacta y eventualmente cobrar regalías a quien no las haya pagado.
El titular de la cartera de Agroindustria explicó que el gobierno se encontró con un sistema de fiscalización de granos cuyo método de análisis nadie había homologado. "Nosotros somos la autoridad de aplicación y lo que pedimos es que homologuen el método y no lo hicieron", explicó Buryaile. Pero en una entrevista con LN, fue más contundente:
- "La nueva semilla (NdR: por la que se generó la disputa por las regalías) la lanzaron con el Gobierno anterior, que poco respetaba la propiedad intelectual. Sin embargo, contra ese gobierno no hubo este apriete, estas solicitadas ni comunicados...estas amenazas. (...) No suena bien que una empresa esté amenazando con irse (del país)".
- "Ningún sistema de comercialización privado está por encima de cualquier control del Estado ¿Alguien creé que al comercio de granos lo puede manejar una empresa privada?"
- "Con funcionarios de Monsanto nos dimos la mano y redactamos acuerdos que a la hora de firmarlos borraron con el codo lo que habían escrito con la mano".
- "Entendemos que la industria tiene legitimidad para intentar cobrar por un desarrollo tecnológico. No discutimos el Qué sino el Cómo, y eso es lo que algunos no quieren entender".
InfoNegocios intentó comunicarse con directivos de Monsanto Argentina para conocer su respuesta a los dichos del funcionario pero no obtuvo respuesta. (GL)