Cuando ingresás a Foster no te recibe un “mesero” sino una barra con unas 7 pantallas táctiles con el menú listo para ordenar. En el mismo equipo podés abonar a través de una plataforma que Mercado Pago desarrolló para Foster.
Mientras escogés el lugar donde vas a disfrutar de tu almuerzo, en una “pared” con 18 boxes (similares a microondas) comienza a iluminarse uno. Y de pronto, tu nombre aparece en una de las pantallas, y dentro de “la caja” tu pedido.
Entre que hiciste la orden y te sentaste a comer pasan –en promedio- 4 minutos (pero los creadores de Foster pretenden bajarlo a 2).
¿Cómo empezó todo? Te cuento…
Martín (ingeniero industrial), Guido (ingeniero mecánico) y Mariano (empresario del rubro tecnológico) son amigos. Cada vez que salían a comer observaban que la tecnología estaba presente en muchos lugares cotidianos pero no llegaba al rubro gastronómico. A esto se sumaron algunas malas experiencias.
Así comenzaron a desarrollar el sistema de Foster que –como aclaran- continúa en fase de prueba.
La tecnología que desarrollaron estos tres amigos-socios es nacional. Lo único que importaron fueron las pantallas táctiles de los boxes.
¿Qué podés comer en Foster?
El pilar del proyecto siempre fue “mejorar la vida de las personas”. Siguiendo esa línea, el restaurante ofrece un menú nutritivo y gourmet: ensalada de salmón, sopa de zapallo, sopa de cebolla estilo francesa, jugos a base de frutas y verduras, carrot cake, brownie, yogurt con granola son algunos de sus platos.
Lo que viene
“La idea es abrir más locales y franquicias. En paralelo, estamos armando otra empresa –que es la que maneja la tecnología- con una nueva unidad de negocio para comercializar la tecnología, la robotización y automatización para aplicar en otros puntos de ventas” adelanta Martín Zuker, socio del Foster.
La tecnología está y funciona, veremos cómo la incorpora la sociedad.