Se estima que en Argentina hay un parque de 1,2 millones de cafeteras tipo Nespresso, la patente de Nestlé que venció en 2012 y que ahora tiene un mercado de fabricantes abierto.
Hasta hace poco, la multinacional suiza vendía el 70% de las cápsulas de su invención, pero con su política de precios altos en Argentina hoy solo coloca la mitad del total de la demanda.
Jugadores en ese mercado hay muchos, pero uno tiene un plan integral para el mundo del café: Kapselmaker, el desarrollo del mendocino Javier Boustani que además de capśulas (de ahí el nombre, mitad en alemán, mitad en inglés) ahora incursiona en los café instantáneos (no torrados) y otros formatos.
Así, una caja del tradicional Arpeggio (las cápsulas moradas) de Nespresso cuestan $ 13.650 en Argentina ($ 1.365 la unidad), mientras que la caja de 11 unidades de Don Joaquín (una de las variedades de Kapselmaker) vale $ 8.700, $ 791 por unidad.
No es que Kapselmaker sea mucho más barato aquí, es que Nespresso vende en Argentina mucho más caro el mismo producto que en Estados Unidos, por ejemplo, ponen al mercado en US$ 0,80 la unidad.
“No quiero hacer hincapié en el precio, que sí, es un diferencial -explica Boustani-; creo que nuestra fortaleza de producto es mayor aún en la variedad de opciones y en la frescura del café que tiene en su interior y que ronda los 7 días”.
Precisamente en el gran local de CABA Kapselmaker tiene capacidad para procesar hasta 12 toneladas mensuales de café y en ese mismo lugar -y a la vista- envasan las cápsulas con el producto recién molido.
Además de cápsulas (donde atienden unos 50.000 clientes activos y recurrentes), este tostadero -y fábrica boutique- vende café en granos, café con distintos tipos de molido (para expresso o cafetera de prensa), grano verde y latas de café instantáneo no torrado.
Aunque es muy popular en Argentina (por su precio) el café torrado o torrefacto, incluye azúcar en el proceso de tostado, lo que levanta muchos reparados de nutricionistas y expertos en café. Kapselmaker, en cambio, desarrolló un café instantáneo de primera extracción, sin aditivos.
Kapselmaker cuenta con más de 60 variedades de café de fincas de origen (como Honduras, Brasil, Nicaragua, Colombia) y una línea de blends entre diferentes granos de café y saborizados como crema de avellanas, licor de dulce de leche, frutillas a la crema, raffaello con coco y tiramisú.
“No vendemos en Mercado Libre porque es una trampa -explica Boustani sobre la exclusividad de su canal propio online y su única tienda física-; vender en esa plataforma te cuesta del 30 al 33% del valor del ticket. Hoy Mercado Libre es para una pyme la misma trampa que eran los supermercados en los 90”.
Con distribución de Andreani en todo el país, Kapselmaker tiene un 50% de sus compradores en CABA, otros 30% en AMBA y un 20% en el resto del país.
El proyecto empezó 2018 en Palermo Soho y hoy cobró otra dinámica y volumen con su tienda insignia de dos plantas y casi 1.000 m2.
El track record de Boustani es mucho más extenso: fue franquiciado de McDonald’s en la costa bonaerense y luego desarrolló el negocio de Sixt en Las Vegas (Estados Unidos). Pasó por el mundo Endeavor (fue seleccionado por esa plataforma que impulsa empresarios con alto potencial) y tuvo éxitos y fracasos que le dan una mirada propia del mundo emprendedor.
Además de la marca propia en el mercado de las cápsulas, Kapselmaker es el proveedor de tiendas específicas como Café Martínez, Tienda de Café, Coffee Import, entre otros clientes del mundo BtoB.
Lo que viene
En la hoja de ruta de Boustani hay mucho café, sí, pero también yerba mate. “Posiblemente los productos de yerba mate no empiecen en Argentina, donde tenemos un consumo muy específico y puntual del producto, pero la categoría tiene muchas oportunidades en el mundo”, adelanta.
Fanático de la tecnología en los procesos de fabricación pero también en el marketing, el empresario nacido en Mendoza también trabaja una idea para fidelizar sus clientes: “Se estima que un tomador de café promedio puede gastar en toda su vida unos US$ 87.500 y pensamos desarrollar un sistema de membresías tokenizado que permita a los clientes asociarse a nuestro negocio, algo así como un club de millas pero con capitalización en acciones”, finaliza Boustani.