Lemon nació en Argentina y emitió un millón de tarjetas que permiten a los usuarios realizar transacciones, tanto en pesos como en criptomonedas. Esta dualidad entre el mundo financiero tradicional y el emergente mercado cripto es una de las principales fortalezas de la plataforma. Cavazzoli destaca la versatilidad de la Lemon Card, que se puede utilizar para compras físicas y virtuales en cualquier parte del mundo. "Si querés subir al subte en Nueva York, también podés pasar la tarjeta", comentó, subrayando la practicidad y universalidad de su producto.
Una de las características más destacadas de Lemon es su prueba de reservas, que ofrece transparencia sobre las criptomonedas en custodia. “Actualmente, Lemon custodia entre 90 y 100 millones de dólares en activos cripto, lo que refleja la confianza y el crecimiento sostenido de la plataforma”, señala Cavazzoli en diálogo con InfoNegocios. Cavazzoli agrega que “aproximadamente el 20% de las compras con la tarjeta Lemon se realizan en criptomonedas, mientras que el resto se efectúa en pesos. Los usuarios, además de utilizar la billetera para transacciones diarias, ven en Lemon una herramienta para ahorrar e invertir en criptomonedas como Bitcoin y Stablecoins”.
Quiénes son los clientes de Lemon
La audiencia de Lemon es diversa “y madura”, con un promedio de edad cercano a los 30 años, lo que desmiente la creencia de que las criptomonedas son solo para los adolescentes. “Esta amplia adopción refleja la creciente confianza en las criptomonedas como una opción viable para el ahorro y la inversión”, afirma el CEO de Lemon.
Perfil de un emprendedor serial “techie”
Marcelo “Chelo” Cavazzoli tiene 32 años, es neuquino de nacimiento (ahora viviendo en Buenos AIres) y fundó Lemon hace casi seis años. Desde sus primeros emprendimientos a los 16 años hasta la creación de Lemon , su pasión por la tecnología y las criptomonedas fue la constante todos estos años. Estudió Ingeniería Informática en la UBA y desarrolló varios proyectos exitosos, incluyendo un videojuego y una plataforma de venta de entradas para fiestas de música electrónica. Ambos siguen siendo exitosos, aunque cedió la gerencia de ambos proyectos para abocarse enteramente a Lemon .
El camino hacia el éxito de Lemon no fue fácil. En sus inicios, enfrentaron la resistencia de bancos y compañías de tarjetas, que eran reacias a asociarse con criptomonedas. Sin embargo, la perseverancia y la visión de Cavazzoli llevaron a Lemon a establecer una alianza con Visa, permitiendo a la empresa ofrecer una tarjeta cripto que hoy es utilizada por millones. “Esa fue la bisagra para Lemon”.
A lo largo de su trayectoria, Lemon lleva recaudados más de 44 millones de dólares de inversores globales, principalmente fondos de inversión de riesgo, y está en una fase activa de expansión. Actualmente operan en países como Brasil, México, Colombia, Ecuador y Perú, y están trabajando para integrar más funcionalidades tradicionales en cada mercado, además de las cripto.
A dónde va(n)
El objetivo de Lemon (y de Cavazzoli) es claro: crear un producto global que simplifique el acceso y uso de criptomonedas, fomentando la adopción masiva. "Nuestro desafío es seguir construyendo y crear funcionalidades que unan más a los mundos financiero tradicional y cripto, y traer más gente a la Argentina mientras nos expandimos", afirma Cavazzoli.
"Lo que logramos con Lemon en Argentina no existe en el mundo. No hay otra aplicación así como Lemon en todo el mundo. Entonces ahora el desafío que tenemos, obviamente, es de seguir construyendo y seguir creando funcionalidades que unan más a los mundos y traer más gente a la Argentina, además de expandirnos", explica.
Pero su visión no se limita a América Latina; la ambición de Lemon es global. "Queremos que esto que creamos acá también exista en otros países. Nuestro foco principal es Perú, donde ya estamos operativos, pero planeamos expandirnos aún más".
Cavazzoli también destacó la naturaleza global de las criptomonedas como una ventaja estratégica. "El cripto es algo global. Es algo que no tiene fronteras. Es algo que podría vivir y que vive desde alguien en Singapur, en España, en Estados Unidos, en Argentina, en Chile, en cualquier lugar. Entonces, lo que queremos hacer es arrancar de a poquito, enfocándonos en América Latina, e ir de a poco expandiéndonos y salir inclusive de la TAM. Que esto que estamos haciendo lo puedan usar de cualquier lugar del mundo".