Nació en 1983 con un pequeño local de venta de pinturas en la zona norte de la ciudad y hoy tiene 30 locales propios (uno en San Luis) y abrirá tres más (Rafael Núñez 4344; Valparaíso 3136 y Villa Carlos Paz) antes de agosto.
La cadena Pintecord, que desde mediados de los 90 es representante de las gigantes globales del rubro Sherwin Williams y PPG, volvió a dar ayer un nuevo paso en su expansión al anunciar una inversión de 25 millones de pesos para este año, de los cuales 20 millones serán para un nuevo centro de distribución que se construirá lindante al que actualmente posee en barrio Los Boulevares.
"La logística y el abastecimiento están directamente relacionados al corazón de la actividad", resaltó Jorge Paván, presidente de la empresa y quien desde hace unos meses está pasando la posta del gerenciamiento a su hijo Marcos, encargado del anuncio.
Posicionarse en el abastecimiento y logística tiene ventajas no sólo para la red de locales propios de la cadena sino como nueva unidad de negocios de la empresa. "Estamos en tratativas para ser depósito de una línea de pinturas de una importante marca para todo el Centro y NOA del país.
Posicionarnos como centro de distribución en el interior es uno de nuestros objetivos", amplió a InfoNegocios el titular de la compañía que tiene casi 150 empleados.
La empresa tiene hoy un 50% del market share del mercado en la ciudad de Córdoba, una plaza claramente sobreofertada, con alrededor de 250 pinturerías.
"El año pasado crecimos 10% en cantidades vendidas (comercializaron 3,5 millones de litros) y para este año estimamos una suba del 15%, enfocándonos en el consumidor final", explicó el joven gerente general al dar cuenta de algunos números de la firma.
De los 3,5 millones de litros que Pintecord vendió el año pasado, el 70% provino de obras y pinturas decorativas, alrededor del 20% de pinturas de autos y el 10% de las líneas industriales.
El mercado que viene: pinturerías para mujeres y niños
En Argentina, el consumo per cápita de pintura es de unos 3,5 litros por año. Un 20% menos que en Brasil y apenas un cuarto de países desarrollados. "El potencial de crecimiento es muy grande -explica Paván padre-, pero hay que pensar en otro modelo: hace 20 años la pinturería era de mostrador y hoy es más autoservice, con productos complementarios".
Y agrega: "Además, antes era un negocio 'para hombres' y se pintaba cuando 'la casa no daba más'; hoy las decisiones de compra son en su mayoría de mujeres y hasta niños, que determinan pintar por cuestiones estéticas", explica.