Como coautor de Una Vacuna contra la Decadencia, Osvaldo Giordano (futuro titular de la Anses) escribió junto a Cargos Seggiaro y Jorge Colina una mirada clara de lo que llama “sistemas previsionales” donde conviven 120 regímenes diferentes.
En los números gruesos, la cosa está mal: la Anses demana el 40% del gasto total del Estado Nacional y de sus gastos –por cada $ 100 pagados-, los ingresos vienen de:
- $ 55 de los aportes de activos (muy poco)
- $ 30 de impuestos de afectación específica y,
- $ 15 debe ser aportado por el Tesoro Nacional.
Resumiendo: hoy de cada $ 100 que paga Anses, $ 15 no tienen financiamiento dentro del sistema.
“Que solo un tercio de la población en edad activa aporte al financiamiento de la previsión social, pero casi la totalidad de la personas en edad pasiva cobren un beneficio previsional ayuda a entender el profundo desbalance entre ingresos y egresos”, dicen los autores de Una Vacuna contra la Decadencia.
Un tema que Giordano tiene entre “ojo y ojo” es el millón de personas que cobran un doble beneficio (jubilación y pensión) y que hace años describe con una anomalía a corregir.
Además, entre los 120 subsistemas que componen la previsión social, hay muchos regímenes especiales (que algunos nombran como “jubilaciones de privilegio”) donde las cajas y sistemas beneficiarios no cubren esos beneficios adicionales con ingresos propios de ese mismo colectivo de personas.
Giordano, Seggiaro y Colina recuerdan en su trabajo que -en sus orígenes- el sistema previsional suponía la misma edad de jubilación para hombres y mujeres (en sus inicios 60 años cuando la esperanza de vida era menor a esa edad).
Avanzar a la unificación de la edad en 65 años con 35 de aportes y una retribución del 82% del promedio de salarios (sin aportes) de toda la vida laboral son los pilares básicos que imagina Giordano para una mejor administración de la seguridad social.