El transporte aéreo sanitario, de modo más o menos organizado, funciona en la Argentina desde mediados de los años treinta del siglo pasado, y a lo largo de su historia ha conocido todas las variantes posibles de funcionamiento civil, militar, nacional, provincial y privado.
En Argentina, en promedio se realizan más de 4.000 viajes en aviones privados por año, siendo los más demandados los vuelos privados, los vuelos de carga y los sanitarios.
El aumento de la incidencia y la prevalencia de enfermedades crónicas, como los trastornos cardiovasculares, es el factor principal que exige el apoyo de atención médica de emergencia, lo que conduce al crecimiento del mercado de servicios de ambulancia aérea. Las ambulancias aéreas ayudan a los pacientes que viven en áreas remotas a obtener atención médica rápidamente, y otro uso destacado es el de traslado de repatriación médica y traslado de órganos y vuelos INCUCAI.
2000 Aerosistema ofrece vuelos privados, de carga y sanitarios desde el año 2001 en Argentina. Un vuelo médico puede costar entre US$ 6.000 y US$ 22.000 si es nacional, y entre US$ 8.000 y US$ 25.000 si es limítrofe. La compañía realiza alrededor de 230 vuelos de este tipo al año.
Cómo está equipado un avión sanitario
Cada aeronave cuenta con una camilla especial que está equipada con electricidad, aspirador de secreciones y oxígeno, además de respirador, bomba jeringa, incubadora y medicación necesaria.
“Es importante que el avión tenga presurización y regulador de temperatura. En cada vuelo sanitario viaja personal médico y enfermero, y participan unas 9 personas en total para que se produzca la coordinación, incluyendo al piloto y copiloto, operaciones, rampa, ambulancia y comercial. Las aeronaves que se utilizan son Metroliner y Learjet. Se controla al paciente para que durante y después del vuelo esté estable hasta llegar al centro de mayor complejidad”, explica Jonatan Gerk, gerente general de 2000 Aerosistema.
Este tipo de servicio suele ser contratado por obras sociales, prepagas, compañías de asistencia al viajero y particulares, y son puestos en marcha con mucha celeridad. Una vez confirmado el vuelo, se realiza el contacto con el médico de origen y se coordina la salida con operaciones para poder despegar en un máximo de 2 horas.