En Argentina, a pesar de que ANMAT no haya aprobado aún su uso ni en prevención ni como tratamiento contra del coronavirus, 4 laboratorios se encuentran abasteciendo al mercado con ivermectina: Laboratorio Cassará, Laboratorio Elea, Laboratorio Raymos y Laboratorio Panalab.
Sus productos, en formato gotas o comprimidos, se pueden conseguir en cualquier farmacia y se puede acceder a ellos con o sin receta médica. Hasta el momento el abastecimiento de esta droga es normal, en un rango de precios que va desde $ 486 (por cuatro comprimidos de 6 mg.) hasta $ 1.095 (por seis comprimidos).
Provincias como La Pampa, Corrientes, Misiones, Salta y Tucumán ya adoptaron este antiparasitario en sus protocolos de tratamiento de pacientes con COVID-19 positivo, y además como un tratamiento preventivo para su personal de salud. Otras provincias están analizando la situación, demostrando interés en la medicación.
La ivermectina es un conocido agente antiparasitario que se aplica hace muchos años para uso veterinario y que luego recibió la aprobación de la FDA para su uso en humanos. Investigaciones clínicas están demostrando que provee una significativa reducción en el riesgo de contagio y alentadores resultados en el tratamiento de pacientes COVID positivo.
Algunos trabajos ya venían evidenciando una importante actividad antiviral in vitro contra una amplia gama de virus, incluido el coronavirus SARS-CoV-2, pero nuevas evidencias ya en estudios de profilaxis con agentes de salud y de tratamiento en pacientes infectados, arrojan buenos resultados sobre sus potenciales efectos protectores.
Un metaanálisis realizado en Reino Unido por un grupo de médicos expertos en cuidados intensivos, agrupados en la ‘Alianza de Cuidados Críticos de Covid-19 en Primera Línea’, concluyó que la ivermectina es un fármaco esencial para disminuir la morbilidad y mortalidad producida por la infección por COVID-19.
En Argentina, una investigación llevada a cabo por Héctor Carvallo (médico especialista en Endocrinología) y Roberto Hirsch (médico especialista en Infectología), y auspiciada por Panalab, uno de los laboratorios argentinos productores de la ivermectina, concluyó que la droga fue un excelente método adyuvante para equipos de protección personal en la profilaxis del SARS-CoV-2 en el personal sanitario y sus contactos. La investigación además recomienda extender su uso no solo a todos los agentes de salud, sino también a los grupos de población vulnerables (institutos geriátricos y psiquiátricos, orfanatos y prisiones, entre otros).
Por su parte el Dr. Gastón Charas, director médico de Laboratorio Panalab, expresó: “Vemos con mesurado optimismo los buenos resultados de las investigaciones clínicas nacionales e internacionales sobre la ivermectina en la profilaxis y el tratamiento de las infecciones por COVID-19, y ponemos toda la evidencia científica a disposición del cuerpo médico y de las autoridades sanitarias”.
Los principales efectos adversos reportados por el uso habitual de la ivermectina, que en general son leves y desaparecen al discontinuar el tratamiento, son mareos, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor o hinchazón estomacal, diarrea, estreñimiento, debilidad, somnolencia, temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo y molestias en el pecho.