Biodena se creó como un emprendimiento de sanación, de la mano de Mariela León, una cordobesa que partió hacia San Juan para establecerse y formar familia. “Por problemas de salud un médico me recomendó dejar de lado todo lo que tuviera químicos y conservantes y ahí me di cuenta de todo lo que ingerimos diariamente. Me interioricé en ese mundo, tomé cursos afuera sobre cosmética natural ya que todavía aquí no se usaba tanto y empecé a crear mis propios jabones, shampoos, cremas y cada vez más productos que me empezaron a pedir amigos, familiares y dije por qué no hacerlo para otros”, explica Mariela.
Fue tal el crecimiento de la marca, que al cabo de 2 años, Mariela tuvo que registrarla. El concepto de Biodena comprende una mirada sustentable y sostenible, es cosmética natural, vegana, sin parabenos, ni derivados del petróleo o microplásticos (el único conservante que contiene es admitido por Ecocer, certificadora de cosmética natural y orgánica a nivel mundial). El trabajo para crear las fórmulas de los productos sin dañar el medioambiente ni generar huella de carbono se realiza junto a pueblos huarpes (quienes habitan la zona de Cuyo en Argentina).
“Junto a mujeres de esas comunidades nos integramos para trabajar en equipo y producir nuestros propios insumos, ya que ellas tienen el conocimiento suficiente, ancestral, para sacar de manera consciente y sustentable del monte la planta sin lastimarla. Por ejemplo, la planta de jarilla demora 10 años en crecer un metro. Hay que cuidarla porque es un bien muy preciado, una planta súper poderosa, energética, muy buena para la salud, pero corre el riesgo de que si la depredan, se pierda”, explica la dueña.
A través de un programa del Ministerio de Desarrollo de San Juan consiguieron comprar destiladores para las comunidades para poder realizar el trabajo de forma eficiente. Además, realizaron una alianza con el Instituto de Tecnología de la Universidad Nacional de San Juan para analizar los productos y que sean aprobados por ANMAT. Actualmente Biodena emplea a más de 20 mujeres entre la fábrica y comunidades.
Los productos se comercializan en todo el país a través de distribuidores, del sitio web de Biodena y se pueden encargar por whatsapp. Pero no solo es Argentina, la marca dio un gran salto al llegar a Curitiba, mediante la Cámara de la Mediana Empresa en Brasil.
Algunos de los productos son: faciales, corporales, bálsamos, aceites, etc.
Uno de los requisitos de Anmat es que los productos sean previamente testeados para su aprobación. “Nosotros no testeamos en animales, lo hacemos en humanos. Nuestros productos son un poquito más caros que cualquier otra cosmética porque los estudios que se realizan en humanos son 10 veces más caros que los que se hacen en animales. Para poder hacer una cosmética sustentable con impacto positivo, hay que seguir la tendencia mundial y es que haya cada vez menos testeo en animales”, agrega Mariela.
Biodena también está presente en el mundo corporativo. Es una marca utilizada para regalos empresariales y presente en amenities. ¿Planes a corto plazo? “Se está creando una red de revendedoras a quienes les guste la cosmética, en la que se buscan líderes en cada provincia para armar una red de trabajo”, finaliza Mariela.