E-cletas tuvo sus comienzos hace 10 años bajo el nombre de “Cletamotor”, cuando las conversiones eran de bici común a nafta. Pero desde hace unos años comenzaron a probar los kits eléctricos. Puntualmente, desde hace 4 años están trabajando como “E-Cletas” (en Rivera Indarte 769) y apuntan a lo eléctrico con baterías de litio. De todas maneras, la marca posee otro taller que se dedica a los motores a nafta, los cuales están tratando de migrar a eléctricos.
Pero para mencionar números, desde que comenzaron, suman aproximadamente unas 300 conversiones a eléctricas (200 de esas fueron en los últimos 3 años).
Radiografía de las E-cletas
En primera instancia tenemos que hablar de la autonomía y velocidad. Las E-cletas cuentan con una autonomía en promedio de entre 60 y 65 km. Y la velocidad promedio es de entre 25 y 30 km por hora.
Estos datos pueden verse en la pantalla que incluye el kit eléctrico en el manubrio. Allí, podemos ver un contador de kilómetros total y parcial, para controlar el kilometraje histórico y el de cada sesión una vez que se prende y apaga la computadora. Además, se puede controlar la velocidad promedio y máxima, la marcha, el voltaje y el nivel de batería.
En cuanto a motores, la conversión eléctrica tiene 3 opciones: 350, 500 y 1.000 watts. Para uso urbano, la marca recomienda el de 350 o 500 como máximo, y el de 1.000 ya se recomienda para un uso en sierras o viajes largos donde se requiere más autonomía y potencia.
¿Y la carga? El kit eléctrico trae un cargador similar al de una notebook, el cual se enchufa a la pared a 220. La batería es extraíble, para evitar llevar toda la bici al lado del enchufe. La carga completa se efectúa en 5 horas en el kit de 350 y 500, mientras que el grande de 1.000 requiere 7 horas de carga.
Service y riesgos de agua
El service de una E-cleta siempre va a depender del uso, pero en general se recomienda realizarlo después de los 500 o 600 kilómetros. Pero si el usuario siente que algo no funciona, lo mejor es llevarla antes a revisar.
El kit con el que E-cletas trabaja (hay varios tipos en el mercado) viene con todas las fichas y uniones entre sí con protección para el agua. Para una lluvia suave o llovizna, salpicaduras de charcos, no hay problemas. Sí puede dañarse algo en caso de sumergir las conexiones, como cuando se agarra una calle demasiado inundada.
Venta de bicicletas
Además de convertir las bicicletas que ya poseen los usuarios, E-cletas comercializa bicicletas nuevas. Trabaja con marcas como Oxea y Tomaselli, pero si el cliente requiere algo específico como una Trek o GT, por ejemplo, se busca contactar a algún proveedor para conseguirla.
Además, recientemente han armado una bicicleta para la marca Iwulski para exhibir en el local “Punto de Encuentro”. Con este acuerdo, comenzarán a recibir bicicletas WLK de Iwulski para convertirlas en eléctricas.
Otra opción que maneja la marca es la de bicicletas en desuso, las cuales son restauradas y convertidas a eléctricas. Esta opción está en un valor en promedio de $ 60.000 y $ 70.000 y está apuntada a quienes quieren probar una E-cleta sin invertir demasiado.
La venta online la realizan a través de “Tienda movilidad”, una tienda latinoamericana que hace venta al público en todo el continente de movilidad sustentable únicamente. Después, los contactos con clientes se dan vía redes sociales.
¿Cuánto cuesta tener una E-cleta?
Si el cliente lleva su bicicleta para convertirla en eléctrica, el precio arranca en los $ 120.000 con el kit de 350 watts, y puede sumar algo en el valor si se requiere alguna modificación para la instalación. Mientras que el kit de 500 watts ronda los $ 141.000 y el de 1.000 watts está en $ 160.00.
Para la venta, la marca ofrece planes de 3, 6, 12, 18 y 24 cuotas , aunque la mayoría de los clientes evitan las cuotas y tratan de pagar de contado. En algunos casos, los clientes van aportando montos parciales que cubren porcentajes del valor del kit, hasta saldar el precio total. Vale aclarar que en esos casos, E-cletas arma la bici una vez saldado el valor.
División monopatines
Párrafo aparte para los monopatines, donde la marca realizó una alianza con la RVN, firma que se dedica a la importación y venta de monopatines.
En este acuerdo, E-cletas al especializarse en movilidad eléctrica, realiza el post venta de RVN y de otras marcas que no tienen servicio post venta, ya que hay muchos monopatines que se venden por internet y no tienen repuestos o una casa local donde se asesore al usuario.
Lo que viene
Lo inmediato para E-cletas es la expansión vía franquicia en Misiones y en San Luis.
En San Luis la franquicia está prácticamente funcionando y en Posadas (Misiones) estará listo para fin de año, ya que ahora se encuentran en etapa de capacitación, armado de taller y ajuste del modelo de negocio.
Además, el lanzamiento de un diseño propio y una futura fábrica de E-bikes comienza tomar forma ya que el diseño propio de E-cletas, podría presentarse el 15 de octubre en el “Encuentro Federal de la Sustentabilidad”, que se realizará en Rosario.
Este modelo diseñado íntegramente por E-cletas propone ajustar ciertos puntos de una bici que la marca considera fundamental para lo eléctrico, como autonomía y tratar de innovar ya que en el mercado se ve siempre lo mismo. Así, la proyección de la marca es tener una fábrica propia de bicicletas 100% eléctricas.
Como taller, apuntan en 2022 comenzar a convertir motos. Trabajan y piensan el taller bajo la filosofía “3R”, que se trata de reducir, reciclar y reutilizar. En el caso de las motos, la idea es achicar todo el parque de motocicletas en desuso que generan mucha basura acumulada. Y así convertirlas en eléctricas con un kit que se encuentran desarrollando.
Y ya mucho más en el futuro, el deseo es llegar a la conversión de autos. Pero sin perder de vista la escalada de vehículos.