¿Es un pararrayos? ¿Es una antena? ¡No, es un sistema anti-rayos! De eso se trata este peculiar aparato, que busca ser una opción más segura y eficaz en el mercado del equipamiento para la seguridad contra rayos.
Es fabricado por Alari, una empresa Argentina con más de 70 años en el mercado, que fue pionera en este tipo de equipamientos que, según afirman, es muy superior al tradicional pararrayos Franklin, ya que están basados en la patente 1.266.175 de -nada más ni nada menos que- Nikola Tesla, el prestigioso inventor que ya en 1916 descubrió los principios de lo que hoy es el sistema capaz de evitar la generación de rayos y proteger desde hospitales, aeropuertos, sitios históricos hasta subestaciones eléctricas de media y alta tensión.
¿Cómo funciona?
El protector de campo electromagnético (PDCE) está diseñado para resguardar personas, animales, estructuras en tierra, aire y agua de cualquier fenómeno eléctrico cuyo transporte se dé por aire, ya sea por cuestiones climáticas, solares o pulsos electromagnéticos.
Para adentrarnos un poco más en cómo es su funcionamiento debemos empezar por decir cómo se forma un rayo y para ello vamos a dar como ejemplo una tormenta: en este tipo de inclemencias, los rayos son producidos por la tierra, que está cargada con partículas positivas mientras que en el cielo las nubes están sumamente cargadas de partículas negativas. Al haber una diferencia de potencial muy grande entre ambas cargas (en las nubes y tierra), se genera el trazador ascendente, mejor conocido como rayo (sí, el rayo nace de abajo hacia arriba, no al revés).
Una vez aclarado este principio, entra en juego el PDCE, donde justamente actúa como un “intermediario” de la situación, equilibrando y desionizando en todo momento los efectos atmosféricos a través de múltiples compensadores, generando un escudo protector que neutraliza el rayo y drenando así los campos eléctricos a tierra en forma de inofensivos miliamperes. Dicho en pocas palabras, drena el exceso de cargas en el aire para que así no se genere un rayo.
¿Cuál es la diferencia con el clásico pararrayos?
A diferencia del PDCE, el mítico pararrayos Franklin, esa vara de metal que vemos en la punta de edificios, lo que hace es atraer el rayo hacía la vara, aumentando el riesgo de incendio o explosión ya que canaliza grandes cantidades de energía en un cable a tierra y no evita el rayo sino más bien, lo atrae.
Un sistema ya presente en el país y que promete
La seguridad anti-rayos posee representación exclusiva de los productos PDCE Sertec, la principal empresa paraguaya dedicada a este tipo de equipos, y ya cuentan con más de 30 instalaciones en diferentes lugares de Argentina como: mineras en San Juan, edificio de Vialidad Nacional en Santiago del Estero, empresas del Puerto Zárate , antenas de televisión de la red de TV de Chaco, torres de comunicaciones de Misiones, además de diversos countries y barrios cerrados en la provincia de Buenos Aires.
¿Qué modelos hay y cuánto cuesta?
El PDCE viene en 4 modelos:
- CMCE: De mayor poder desionizante, ideado para grandes complejos, edificaciones, minería, barcos, etc. Al estar situado a 18m de altura, se obtiene un radio de cobertura de 120 m.
- Evo: Diseñado para grandes residencias o estancias, este aparato ofrece 100 m de cobertura al estar situado también a 18m de alto.
- CMCE Home: Esta versión está más enfocada a zonas residenciales, como los suburbios. Se obtiene 55m de protección a una altura de 3m sobre el punto más alto a proteger.
- CMCE Nano: El más pequeño de la familia, pensado para pequeñas estructuras, equipos e instalaciones. Tiene 25 m de cobertura a 3m de altura sobre el punto más alto a proteger y es el más liviano de la gama, con tan solo 980 grs.
Las instalaciones van desde US$ 3.000 para residenciales hasta US$ 8.000 si se trata de industrias y antenas. De todos modos, los valores pueden variar según localidad, complejidad de protección y área a cubrir.
Desde Alari afirman que tienen un 100% de expectativa de crecimiento en los próximos 5 años, con un producto que, por lo que se ve, llegó para quedarse y plantarle cara al longevo reinado del pararrayos.